EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Si nos hemos de morir...

Hora cero

ROBERTO 0ROZCO MELO

Comparezco ante ustedes como deudor por la segunda parte del pensamiento del doctor brasileño Drauzio Varella, Premio Nobel en Ciencias, algo más del orden ético que del etílico o gastronómico. Él decía en el primer episodio de su código respecto a la ingesta del alcohol y comidas grasas, pues ambas nos gustan y podremos disfrutarlas, ya que "...después de los 50 años de edad el alcohol mejora la calidad de vida" y más aún cuando bebemos en compañía de las personas que apreciamos, pues el efecto feliz se duplica, y por lo tanto reduce el riesgo de malestar. 'Ora que si abusamos de las gordas de harina, de las carnitas, de los chorizos o del mismo trago, el efecto será contrario y más rápido, pues pronto nos podríamos ver entre cuatro velas.

Todas las pautas son útiles, pero sin exagerar ni dogmatizar. Nada hay más chocante que esmerarse en preparar una alegre convivencia para tus amigos, y que éstos lleguen al evento cargando un pequeño paquete de piernas de pollo, un filete de pescado o algunas pechugas de gallina y muchas disculpas: "Es que el asado al carbón es muy grasoso, y el doctor sólo me autoriza un par de tragos". De esto comenta el Premio Nobel: "Nada reemplaza la alegría y el placer de departir con quienes te quieren, ni hay grasa o trago que no se pueda metabolizar en un buen rato de esparcimiento. Los mecanismos de compensación de nuestro cuerpo todavía son poco conocidos, pero la experiencia dice que si lo disfrutamos verdaderamente, aquel pecado mortal se transforma en venial.

Lo bebido y lo comido nadie nos lo quita, siempre que no abusemos de ello. Esto es absolutamente cierto. Pero igual son los abusos: "Las malas noches, las parrilladas, la bebida, la fumada y los excesos de todo tipo van a cobrar réditos caros, tarde o temprano, y podrán hacer de nuestra vejez una vida muy dolorosa, vergonzante e infeliz, no sólo para uno sino para toda tu familia". Otras pérdidas resultan verdaderamente dolorosas: la principal es la soledad. Parece ser común que las parejas no lleguen juntas a la vejez; alguien tiene que irse primero y con esto se desequilibra el statu quo de la existencia: comenzamos a ser una carga para la familia.

La recomendación del doctor Varella es que quienes estén en el caso no pierdan el control de su entorno, en tanto subsista una elemental lucidez. Esto significa, por ejemplo; "yo decido a dónde y con quién salgo, qué como, cómo me visto, a quién llamo, a qué hora me acuesto, qué leo, en qué me distraigo, qué compro, en dónde vivo, etc., pues cuando no podamos o dejemos de hacer esto nos transformaremos en plomos, un lastre en la vida de los demás".

En síntesis: "Si nos hemos de morir, vamos enfermándonos".

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 617279

elsiglo.mx