Ernesto Cordero ha abandonado el Centro Médico Siglo XXI y Perfecto Vicente busca una sombra para sentarse. A unos metros, decenas de hombres, mujeres y niños batallan por alcanzar un jugo, una torta y una bolsa de frituras. Será la comida de hoy.
Esta gente fue la que momentos antes -organizada por sus coordinadores que les pedían con megáfono en mano o a gritos echar porras de apoyo al panista- interrumpieron al menos una decena de veces el discurso de Cordero Arroyo, a quien definían como "próximo Presidente". Cientos de personas, que en el auditorio principal del Centro Médico Siglo XXI gritaron su respaldo a Cordero, fueron transportadas desde varios estados al DF a costa de la Unión General de Obreros y Campesinos de México (UGOCM), que además les cubrió su hospedaje y alimentación. Antes de los empujones por una torta y un jugo, en la clausura del evento, Cordero dio un discurso en el que pedía cuidar a México, apoyar al campo y respetar a las mujeres. Era interrumpido con gritos de "Si Zapata viviera con Cordero estuviera" y porras.
El panista, al clausurar el Congreso de la UGOCM, hablaba de su visión de país. Al fondo se leía la frase "México Crece", proyectada en una pantalla. Al final le pusieron un traje típico chiapaneco de manta que utilizan los indígenas tzeltzales para distinguir al jefe de su comunidad.
Cordero se fue y llegó la inconformidad. La gente de esta organización fue formada en largas filas sobre las escalinatas que llevan a la entrada principal del auditorio del Centro Médico. Un camión de carga fue acercado en el estacionamiento. Se abrió una puerta lateral. Comenzaron los gritos. Del interior empezaron a surgir cajas de plástico. Cada una con una torta, una naranja, una bolsa de frituras y una golosina, y aparte una botella de plástico con jugo de naranja. "Le acabo de soltar un ma... a un pen... que no me dejaba pasar", presumía un hidalguense que traía dos cajas de alimentos mientras Juan Tovar soltaba: "A mí nunca me dijeron que iba a estar Cordero".