Poco usual. Las hermanas saben que no es muy común ser mujer y dedicarse a este tipo de tareas.
Cecilia y sus dos hermanas llevan siempre una sonrisa a cada uno de los conductores que atienden, saben que a pesar de sus necesidades deben de realizar un buen trabajo limpiando los parabrisas en la ciudad.
Hace dos años las tres hermanas decidieron dejar la ciudad de Durango para mejorar su calidad de vida en la Comarca Lagunera, ante la falta de preparación académica y las pocas oportunidades comenzaron a limpiar parabrisas.
"La gente nos insulta o nos falta al respeto, no saben que tenemos tiempo pidiendo trabajo y estamos muy necesitadas...de todas maneras siempre hay que ser optimistas", dice la joven.
Al quedarse sus padres en Durango han tenido que estudiar y trabajar durante todo el día sin su apoyo, hecho que las ha convertido en blanco de múltiples riesgos.
"Nos han robado las mochilas, nos han aventado y gritado cosas, los libros de la escuela también se los han llevado...nosotros sólo andamos buscando un trabajo decente y mientras pues hacemos esto", comenta Cecilia todavía con un trapo en la mano.
Desde hace meses no han encontrado otro alojamiento que una casa de cartón en el sur de la ciudad, los alimentos se han convertido en un problema por lo que han solicitado ayuda a las dependencias oficiales.
Sin embargo no siempre es posible acceder a los apoyos y comer todos los días.
"Hemos ido al DIF muchas veces, entregamos la papelería y no hemos obtenido nada...de todas formas en Desarrollo Social nos han tratado muy bien, hasta nos buscan para regalarnos despensas", señala la hermana menor de Cecilia.
Al ponerse la luz verde en el cruce de Hidalgo y bulevar Revolución regresan a su labor, las jóvenes mantienen la esperanza de terminar sus estudios y conseguir un mejor empleo.