No la abandonan. Familiares de la mujer la visitan con frecuencia para que no sienta soledad.
Sobrevive con dos cobijas y una casa con hoyuelos
"Triste, frío y sin cobijas es como he pasado estos últimos días por culpa del clima", dijo Rufina Arellano, quien a sus 70 años vive en una humilde vivienda de adobe a pie de la carretera Gómez Palacio-Durango.
Día con día
Desde hace 40 años Rufina llegó a vivir a ese pedazo de tierra, en las faldas de un cerro seco, que lo más que da son nopales resecos.
Con el vaivén de los días y de los carros que pasan y pasan por enfrente de su casa, ella y su marido fueron construyendo su hogar.
Poco a poco, un cuarto por aquí y una pared por allá fue como Rufina le fue hallando forma a su casa.
Desde hace tres meses Rufina no tiene agua potable en su casa, es por eso que tiene que cruzar la carretera hasta un establo para llenar una cubeta y poder poner a cocer sus frijoles.
Con el terrible frío que se siente, aún más con las corrientes de aire que provocan los veloces automóviles, Rufina acudió a la Presidencia de Lerdo para solicitar cobijas y hule para cubrirse del clima.
Llegó con las manos vacías ante las autoridades y así se regresó a su casa, no le han ayudado.