EBRARD ARREGLÓ AL SME
Los más de siete millones de jóvenes, entre 15 y 29 años de edad que no estudian ni trabajan -"ninis"-, son causa principal del atraso y estancamiento del país. Según cuentas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México ocupa el tercer lugar mundial en ese rubro.
O sea, cuando el Partido Acción Nacional llegó al poder, esos jóvenes tenían de 4 a 18 años de edad. Tantos inútiles evidencian el desplome educativo de México y el desplome del empleo a falta de oportunidades. Un elevado porcentaje de ellos se suma a las filas del narcotráfico y a la delincuencia común de secuestros, robos y asaltos en la vía pública.
También la OCDE sitúa a nuestro país con un desempleo de 5.5%, lo cual equivale a más de 1 millón 700 mil desocupados. La cifra de 15 millones de cotizados en el IMSS es otra patraña mediática porque a los dados de alta por seis meses o un año se les mantiene en las listas, aún dados de baja.
De este patético escenario no hay posibilidades de salir porque el presidente Calderón insiste que hasta el último día de su mandato va a continuar su "guerra" contra la delincuencia. Es decir, proseguirá la tétrica exhibición de decapitados. Si en esto no hay variantes tampoco los habrá en los rubros económico y de crecimiento.
Conocidos los asuntos graves de la nación, el de los pobres se elevó de 48.8 millones a 52 millones entre 2008 y 2010, como ha machacado el Coneval, amén de que ha seguido esa tendencia en 2011. Pero el primer mandatario da vueltas y más vueltas al tema y anteayer insistió que de once años a la fecha -en la era panista- ha reducido la pobreza extrema. En esto no causa efectos la máxima del nazi Goebbels, de que la intensa repetición de una mentira se convierte en verdad.
DE CAMBIOS EN EL GABINETE , con anuncios previos de la supuesta estrategia con motivo de la campaña presidencial panista, sorprendió el absurdo de poner a Alejandro Poiré al frente del Cisen, sin tener antecedentes de investigador. Se acabaron las peroratas sobre asuntos de seguridad, distorsionadas generalmente.
Es claro, al Presidente le pesan las críticas. Por eso dijo a los 300 Líderes Mexicanos que les va mejor porque "no se mete nadie con ustedes en la prensa" e "...ir a la prueba del ácido y ver el hambre de que solemos hablar en los discursos y que tú tienes que resolverlos".
Desafortunado comparativo. Los empresarios o quienes se dedican otras actividades particulares no viven de los impuestos, ni se hacen propaganda a través de millonarios "spots", ni están obligados a enfrentar los problemas del hambre. ¿Por qué les dijo Calderón que si no les gusta los partidos hagan uno y si no les gustan los candidatos lo sean ellos?
El primer mandatario pronuncia discursos hasta tres veces al día y por ello redunda en los mismos temas, sobre todo en seguridad y el Ejército. Su imagen se ha deteriorado y televidentes y radioescuchas apagan sus aparatos o cambian de canal.
BIEN CONOCE ESA TÁCTICA Marcelo Ebrard. Cuando era secretario de Manuel Camacho Solís, en el gobierno capitalino, López Obrador llegaba con su caravana de tabasqueños a apostarse en el Zócalo. Por lo general duraba dos meses, y coincidía con las fiestas patrias. Antes del "Grito", AMLO dejaba la plaza libre, previo arreglo de 7 mil millones de viejos pesos con Ebrard. Así se hicieron amigos.
Eso explica por qué, cuando López Obrador asume el Gobierno del DF, uno de sus primeros nombramientos fue a favor del entonces priista, Marcelo Ebrard, como secretario de Seguridad Pública y al poco tiempo se convirtió en perredista "de izquierda".
Igual hicieron esta vez los integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME). Alguien aconsejó la técnica al líder Martín Esparza, quien convirtió al Zócalo en gigantesca zona de fritangas y Ebrard se apareció para hacer el arreglo. Se dijo que Esparza recuperó 21 millones de pesos que le tenía congelados la PGR y le dejaron libres a sus "presos políticos". Y esto continuará.
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