Tras la caída de los dictadores Hosni Mubarak de Egipto y Ben Ali de Túnez, la conformación de los nuevos gobiernos no ha sido fácil en esos países. Ayer, el primer ministro designado tras el derrocamiento del presidente Hosni Mubarak, renunció, informaron el jueves las fuerzas militares que gobiernan Egipto, en cumplimiento de una demanda clave del movimiento de oposición.
Ahmed Shafiq, ex oficial de la Fuerza Aérea, fue nombrado primer ministro por Mubarak poco después del estallido de las manifestaciones masivas contra el Gobierno del 25 de enero. Mubarak cedió el poder el 11 de febrero, pero Shafiq se mantuvo en el cargo como jefe de un Gobierno de transición. Los líderes de los levantamientos que derrocaron a Mubarak habían estado presionando a las fuerzas militares para que despidieran a Shafiq.
En un breve comunicado emitido el jueves en su página oficial de Internet, las fuerzas militares informaron que eligieron al ex ministro de transportes Esam Sharaf como primer ministro con la tarea de formar un nuevo gabinete.
Mientras tanto, el presidente interino de Túnez, Fouad Mbazaa, anunció ayer que el próximo 24 de julio se celebrarán elecciones para formar una Asamblea Constituyente, que estará encargado de redactar la nueva Carta Magna del país.
El anuncio tiene lugar a casi dos meses de la renuncia del ex presidente Zine El Abidine Ben Ali, quien ostentó el poder por 24 años, y en momentos en que el Gobierno interino se desmorona ante protestas que exigen autoridades ajenas al anterior régimen.
Mbazaa afirmó que el Gobierno interino permanecerá a cargo del país hasta las elecciones y que él se mantendrá en la Presidencia, a pesar de que la actual Constitución limita el periodo de estas administraciones a un término de 60 días. Una vez electo, la Asamblea Constitucional puede nombrar un nuevo Gobierno o pedir al actual Ejecutivo seguir al frente del país hasta que se celebren las elecciones presidenciales o parlamentarias.
