Triple rescate. Imagen del edificio donde fueron rescatados la bebé y la madre junto a la abuela.
Una bebé de dos semanas de nacida, su madre y su abuela fueron rescatadas el martes de entre los escombros de un edificio de apartamentos, 47 horas después de que un violento terremoto destruyese unos dos mil edificios en el oriente de Turquía.
Imágenes de televisión mostraron a los rescatistas vestidos con overoles anaranjados cargando a la bebé Azra Karaduman. Un rescatista acurrucaba a la bebé, que fue hallada desnuda, y la cubrió con una manta y la entregó a un paramédico.
Pero las malas noticias siguieron llegando el martes: el saldo de muertes por el terremoto de 7.2 de magnitud del domingo subió a por lo menos 459, al tiempo que sobrevivientes desesperados se peleaban por ayuda y bloquearon cargamentos de ayuda, y un poderoso remezón causó pánico generalizado y generó un motín carcelario en la capital provincial de Van.
Con miles de sobrevivientes enfrentando una tercera noche a la intemperie en medio de temperaturas cercanas a cero, Turquía dejó a un lado su orgullo nacional y dijo que aceptaría ofertas internacionales de ayuda, incluso de Israel, con el que ha tenido tensas relaciones recientemente.
Los socorristas en Ercis y Van, la capital provincial, estaban enfrascados en una carrera contra el tiempo para tratar de rescatar a decenas de personas atrapadas bajo montañas de concreto, acero retorcido y otros escombros. Al menos nueve personas fueron rescatadas el martes, aunque se descubrieron muchos más cadáveres.
Las autoridades le advirtieron a los sobrevivientes en el área, mayormente curda, que no ingresen a edificios dañados y miles se pasaron una segunda noche a la intemperie en automóviles o tiendas bajo temperaturas cerca de 0 Celsius (32 Fahrenheit). Unas mil 300 personas estaban lesionadas por el sismo.
Aún no se habían restaurado los servicios de electricidad ni agua y la distribución de ayuda era obstaculizada por personas desesperadas que pararon camiones incluso antes de que entrasen a Ercis. Trabajadores de emergencia dijeron que solamente pudieron hallarle albergue a la mitad de las personas que lo necesitaban.
La madre de la bebé, Semiha, y su abuela, Gulsaadet, pudieron reunirse. La niña estaba aferrada al hombro de su madre cuando los socorristas las hallaron, dijo el trabajador de emergencia Kadir Direk. Había una panadería en el primer piso del edificio, lo que quizás las protegió del frío, dijo.
La bebé estaba bien de salud, pero fue llevada al un hospital en Ankara, la capital turca, dijo la agencia noticiosa estatal Anatolia.
Horas después de ser rescatada la bebé, la madre y la abuela fueron sacadas de entre los escombros y llevadas a ambulancias. La madre había estado semiconsciente, pero se despertó cuando llegaron los socorristas, dijo Direk.
Centenares de equipos de rescate de diversas partes de Turquía llegaron al área, al tiempo que la Media Luna Roja envió tiendas de campaña y mantas y estableció comedores comunitarios. Algunos residentes se quejaron que no podían obtener tiendas de campaña para sus familias. El diario Milliyet dijo el martes que ha habido trifulcas frente a algunos camiones de ayuda.
"La ayuda está llegando, pero no la estamos recibiendo necesitamos más policías y soldados", dijo el residente Baran Gungor.
Se erigieron tiendas en dos estadios, pero muchas personas prefirieron quedarse cerca de sus viviendas en espera de noticias de familiares desaparecidos y para vigilar los edificios dañados.
El director de la Media Luna Roja turca Omer Tasli admitió problemas para albergar a todos los sobrevivientes.
"No pudimos proteger a todas las familias", dijo. "Ahora quizá 50 por ciento de ellas están bajo tiendas".
