"Es un efecto inevitable que a los burócratas les importará más la rutina que los resultados"
Walter Bagehot
¿Se acuerda usted de cuando se aprobó la nueva ley del ISSSTE? En ese entonces se inyectó también una cantidad adicional de dinero a la institución. El entonces titular, Miguel Ángel Yunes, dijo que con esto se mejoraría radicalmente el servicio y se acabaría con el desabasto de medicamentos. Pero no se lo recuerde usted a los derechohabientes, porque están furiosos ante la falta de actual falta de medicinas en la institución.
Ayer entrevisté en Radio Red al doctor Gabriel Ricardo Manuell Lee, quien apenas en enero asumió la dirección médica del ISSSTE. Él me decía que la institución no tiene un problema de "desabasto" sino de "surtimiento". ¿Qué significa esto? Que aun cuando las farmacias del ISSSTE no tengan medicamentos, dan a los derechohabientes unos vales para que se surtan la receta en otros lugares. Estas declaraciones provocaron, sin embargo, un alud de llamadas del público: "No hay ni medicamentos ni vales", dijeron decenas de personas.
Los derechohabientes no sólo se quejan de la falta de medicinas o de vales para obtenerlas en otros lugares. También de que tienen que hacer largas colas para tratar infructuosamente de comprarlas y de la pérdida de tiempo que esto implica. Apuntan, además, que las recetas que reciben tienen caducidad, por lo que cuando el medicamento que buscan ya está disponible, la receta ha dejado de estar vigente.
¿Desabasto? ¿Problema de surtimiento? Me imagino que a los derechohabientes del ISSSTE poco les importa el término que utilicen los directivos. El hecho es que no pueden obtener los medicamentos que necesitan... a menos que los adquieran de su propio bolsillo en farmacias privadas. Pero entonces, se preguntan, ¿de qué sirve el ISSSTE?
El pasado 3 de febrero el doctor José Ángel Córdova Villalobos, secretario de Salud del Gobierno Federal, reconocía el problema en el ISSSTE. "Ya están reacondicionando todo -dijo a los reporteros que lo confrontaron con el tema--. Fue un descontrol administrativo que ya está en corrección." Pero si el problema ha sido un "descontrol administrativo", es importante tomar medidas no sólo de corrección sino de explicación o incluso de sanción a los responsables.
Es importante recordar que uno de los argumentos que el Gobierno utilizó para impulsar la Reforma del Sistema de Pensiones del ISSSTE en 2007 fue precisamente el que el saneamiento de las finanzas de la institución permitiría eliminar problemas crónicos como el mal servicio y el desabasto de medicamentos. Quizá había razones para desconfiar de esas afirmaciones. El Gobierno estaba dispuesto a todo con tal de lograr el apoyo político que necesitaba para la reforma. El propio Yunes, quien buscaba fortalecer sus aspiraciones al gobierno de Veracruz, deseaba que su gestión en el ISSSTE no fuera cuestionada.
La reforma, a mi juicio, fue positiva porque desactivó una bomba de tiempo, la de las pensiones sin reservas, que habría destruido al ISSSTE. No ha sido, sin embargo, una varita mágica para superar la tradicional ineficiencia de esta burocrática institución.
El que ahora nos digan que el desabasto -o, si quiere usted, el problema de "surtimiento"-- es producto de un "error administrativo", no sólo inquieta sino sulfura. El que afirmen que se están dando vales, cuando éstos no se entregan, parece además una burla. Los derechohabientes del ISSSTE no merecen ser tratados de esta manera.
Muammar al-Gadafi es un gobernante mucho más autoritario de lo que fueron Hosni Mubarak de Egipto o Zinedine el Abedine Ben Alí de Túnez. Ayer Gadafi apareció desafiante en la televisión libia y dijo que sólo muerto dejará el poder. Si logra mantenerlo y pasarlo a sus hijos en el futuro como pretende, demostrará que para derrotar a las revoluciones en el mundo árabe lo único que se requiere es un uso mayor de la fuerza que el que desplegaron Zinedine y Mubarack.
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