El régimen del presidente sirio Bashar al-Assad encara hoy un ultimátum lanzado por la Liga Arabe para que permita observadores en el país a fin de verificar la implementación del plan árabe de paz, previamente aceptado por Damasco.
El plazo fue acordado este jueves por los cancilleres del bloque regional reunidos en El Cairo, mientras el movimiento opositor sirio apeló por ataques aéreos internacionales contra 'blancos estratégicos' en su país, donde continúa la represión militar.
Los ministros de Asuntos Exteriores del cuerpo panárabe dieron un día de plazo a Damasco para que firme un protocolo que permita el ingreso de los observadores al territorio sirio y advirtieron que en caso contrario le impondrán sanciones económicas.
Durante su encuentro, los cancilleres árabes discutieron las posibles sanciones que aplicarían contra el gobierno sirio, entre ellas la suspensión de los vuelos comerciales y la interrupción de las relaciones de sus bancos centrales con el de Damasco.
Sin embargo, la Liga Arabe decidió dar una pequeña oportunidad al presidente Al-Assad, informó el enviado egipcio Afifi Abdel Wahab, de acuerdo con reportes del canal árabe de noticias Al Arabiya.
En caso de que las autoridades sirias no firmen el protocolo, el consejo económico y social del bloque se reunirá el próximo sábado para continuar la discusión de las posibles sanciones y los cancilleres revisarán las propuestas el domingo siguiente.
Estados Unidos y la Unión Europea (UE) ya han impuesto sanciones contra algunos oficiales sirios en el sector petrolero y varias empresas estatales.
Sin embargo, pese a las medidas restrictivas y las advertencias de más sanciones, la represión militar en Siria continúa cobrándose vidas diariamente. Este jueves al menos tres civiles murieron en la ciudad de Homs, según activistas locales pro democracia.
Mientras tanto, el llamado 'ejército sirio libre' (de los soldados desertores) pidió este jueves apoyo aéreo internacional para atacar objetivos estratégicos en Siria para reforzar sus intentos por derribar al régimen de Al-Assad.
Aclaró que no busca el ingreso de tropas extranjeras al territorio sirio, como ocurrió en Irak, pero sí el apoyo logístico de la comunidad internacional y su protección con el establecimiento de una zona de exclusión aérea y bombardeos estratégicos.
Existen fuertes temores a que estalle una guerra civil en Siria, debido a la continua represión de las manifestaciones contra al-Assad, que se ha saldado con más de tres mil 500 víctimas mortales desde que iniciaron las protestas, a mediados de marzo pasado.