El Valle de Cuatrocienegas, así como los valles contiguos el Hundido y la Calavera, se encuentran actualmente sobreexplotados. El agua subterránea escasa y limitada de los tres valles, se extrae de manera irracional para regar forrajes, como la alfalfa. Sembrar este cultivo en Cuatroci´rnegas o en laComarca Lagunera, nos puede parecer natural, pero no lo es.
La alfalfa se da de manera silvestre en las hermosísimas tierras de los valles montañosos de los Zagros, que constituyen la cadena montañosa más larga de Irak y la segunda en Irán, en estos lugares el clima es templado y húmedo, y no árido como se piensa cuando se escuchan los nombres de los países mencionados.
Por eso la única manera de sembrar este cultivo en el desierto es regándolo con cantidades de agua que son simple y llanamente absurdas. En general esto se aplica a cualquier tipo de agricultura que no considera las características de la cuenca hidrológica donde se realiza y sobre todo cuando nos olvidamos que los recursos naturales requieren de tiempo para renovarse o reproducirse.
El agua que se sobreexplota en Cuatrociénegas es la misma de las bellísimas pozas azules que definen a manera de parches en un tapete de diversos tonos verdes, el paisaje del valle.Esta afirmación la apoyó en los estudios deValeria Souza y sus colaboradores, quienes demostraron que la diversidad de microorganismos presentes en el agua de las pozas es la misma que la que se extrae por ejemplo en el Valle del Hundido, lo cual significa que si la extracción de agua que se hace en el valle mencionado es mayor que la recarga natural de su cuenca, ocurrirá lo que todos los laguneros conocemos, abatimientos del nivel del agua subterránea y por ende el de las pozas. El sobreuso del agua en las cuencas áridas y semiáridas, como las de la región de Cuatrociénegas, es permanente, llueva o no llueva. Esto efectivamente agrava la situación de los ecosistemas y de quienes vivimos de y en ellos. Las sequías se pueden combinar de una funesta manera con la sobreexplotación de los recursos naturales, para agudizar las crisis biológicas, económicas y/o sociales que generalmente se relacionan con los fenómenos recurrentes de la variación climática.
Es el caso de los impactos negativos de la sequía que actualmente estamos viviendo y que está afectando de manera directa a las personas que se dedican a la agricultura de temporal o de medio riego y a la ganadería extensiva. Los mismos impactos negativos ocurren sobre los ecosistemas y su biodiversidad, reduciendo los servicios ambientales que nos prodigan como la producción de alimentos, de oxígeno, de agua, de captura de carbono entre otros, ya de por sí mermados.
No obstante, los efectos de las sequías podrían amortiguarse y disminuirse si los ecosistemas y la sociedad estuvieran sanos y con posibilidades de enfrentarlas. De lo contrario las sequías que son fenómenos naturales, que se intensificarán con las variaciones climáticas provocadas por el calentamiento global de la atmósfera, podrían encontrar en la sociedad y en los ecosistemas naturales una disminuida capacidad para recuperarse una vez pasado el fenómeno. Este es un punto importante que debieran considerar aquellos que actualmente están trabajando en el aprovechamiento sostenible de los Valles en Cuatrociénegas.
La disminución del agua de las pozas, incluido su secamiento, corresponde a la destrucción de la casa donde vive una importante biodiversidad endémica, incluyendo la de los insólitos microorganismos que investigóValeria para demostrar la interconexión de los acuíferos, ocasionará lo obvio: la biodiversidad de Cuatrociénegas considerada patrimonio natural del planeta, se extinguirá. Estamos viviendo un momento crucial de nuestras vidas, por un lado, dice Víctor Toledo, se nos ofrece la sustentabilidad como una nueva filosofía por la vida, y por el otro, nos aferramos a un modelo que dominó todo el siglo XX en el que nos distinguimos como la especie del planeta que crece más rápido, como el único animal que devora literalmente su casa (destrucción de su hábitat), como la única especie cuyas poblaciones se destruyen entre sí de manera masiva (genocidio), y que por lo tanto nos podemos considerar también como una especie en extinción.