'Nada mas veo que los camiones de ayudacomunitaria pasan y no se detienen a ver lo que necesitamos aquí”. RUFINA ARELLANO Afectada por el frío
Pese a su soledad y a su mala situación económica, confía en que pronto
Saldrá adelante.
"Triste, frío y sin cobijas es como he pasado estos últimos días por culpa del clima", dijo Rufina Arellano, quien a sus 70 años vive en una humilde vivienda de adobe a pie de la carretera Gómez Palacio-Durango.
DÍA CON DÍA
Desde hace 40 años Rufina llegó a vivir a ese pedazo de tierra, en las faldas de un cerro seco, que lo más que da son nopales resecos.
Con el vaivén de los días y de los carros que pasan y pasan por enfrente de su casa, ella y su marido fueron construyendo su hogar.
Poco a poco, un cuarto por aquí y una pared por allá fue como Rufina le fue hallando forma a su casa.
Ahí, a unos cuantos metros de la carretera, fue construyendo su pequeño castillo de ilusiones, donde vio crecer a sus hijos, a sus nietos y ahora a sus bisnietos, que la visitan porque vive sola en aquel sitio olvidado.
El ejido El Rayo, de Lerdo, con pocas casas que todos ven cuando toman su camino para salir de viaje por motivo de vacaciones o de negocios, fue donde Rufina y ahora su difunto esposo formaron su humilde vivienda.
Nadie imagina que en ese pequeño pueblo se han incubado sueños, sueños de tener un techo digno para pasar climas extremos como el que se vive actualmente.
ÁNIMOS DE LUCHAR
Tras varios años de haber enviudado, Rufina no pierde la esperanza de salir adelante; a pesar del frío y de los males que le atañen por su edad, ella va unos días a la semana a Lerdo a limpiar casas para poder "arrimar" un poco de alimento a su mesa.
A pesar de que una de sus nietas lleva de vez en cuando algo de comida a Rufina, ella dice que no es inútil y que trabaja para no terminar tirada en una cama sin poder hacer nada por ella misma.
A un costado de su vivienda hay un gran horno de adobe y un pequeño cuarto adaptado como estanquillo, que Rufina y su esposo empleaban para hacer y vender las famosas "gorditas de cocedor".
Ahora, con el paso del tiempo y la muerte de su compañero de vida, Rufina cerró el negocio, "cuando a una se le muere el esposo, sea como sea, se acaba todo, ellos son el sustento de la casa y la fuerza de la familia", explicó la afligida mujer.
SIN AYUDA
Desde hace tres meses Rufina no tiene agua potable en su casa, es por eso que tiene que cruzar la carretera hasta un establo para llenar una cubeta y poder poner a cocer sus frijoles.
Dijo que en ocasiones tiene que dar varias vueltas al establo para poder acarrear agua para lavar su ropa y asearse.
Con el terrible frío que se siente, aún más con las corrientes de aire que provocan los veloces automóviles, Rufina acudió a la Presidencia de Lerdo para solicitar cobijas y hule para cubrirse del clima.
Llegó con las manos vacías ante las autoridades y así se regresó a su casa.
Luego fue enviada al DIF Municipal, pero fue igual.
Ha presentado su acta de nacimiento y credencial de elector, pero aun así le niegan el apoyo humanitario.
RUFINA ARELLANO
Afectada por el frío