'Sólo me queda echarle ganas'
Cualquier dulce que es comprado en el puesto de don Juan representa mucho más que sólo unos cuantos pesos, el comerciante sabe que cada venta representa una oportunidad de sobrevivir un día más.
Hace unos diez años Juan se encontraba trabajando como transportista dentro de la zona urbana de Torreón, las ganancias eran suficientes y ya contaba con una reputación de calidad entre sus clientes.
Sin embargo el hombre cambiaría de vida drásticamente debido a un accidente que le amputó la pierna de forma instantánea.
"Me cayó una viga encima cuando estaba debajo de mi camión, luego de la impresión hasta la diabetes me llegó y todo se me vino abajo", dice el hombre mientras despacha unas frituras con salsa.
Con discapacidad y una nueva enfermedad decidió juntar el poco capital que le quedaba para instalar su actual negocio, poco a poco fue recuperándose y encontrando estabilidad.
Con el paso de los años don Juan consiguió el dinero necesario para comprar una prótesis y volver a caminar lentamente, sin embargo la diabetes le ha complicado su salud y puede perder su otra pierna.
Don Juan, de 66 años, vive con el dilema de gastar el dinero ganado en medicamentos o invertirlos en nueva mercancía, casi siempre dejando de lado la alimentación o el transporte hasta su casa.
"Mi error fue nunca tener una seguridad social, ahorita no me queda más que echarle ganas y seguir", finaliza don Juan mientras sonríe por primera vez.