Sé que en esta columna deportiva he criticado arduamente a Sergio Bueno y a Rubén Omar Romano. Lo hice en su momento porque sentí se traicionó la esencia del futbol lagunero, que se distingue por un poder nato ofensivo. Aunque los buenos resultados fueron de la mano de estos dos estrategas, muchas veces la tribuna y los medios nos hemos quedado con un "sí se ganó, pero...". Y esos peros son muchas cosas: pero qué mal juega el equipo; pero qué defensivos, miedosos y segundones se vieron; pero realmente el equipo no fue superior; pero ganamos porque Oswaldo sacó seis claras; pero si no es por el Guty (o Arce, o Juan Pablo), no hubiéramos ganado; pero Benítez hizo solo la jugada, si no, sin gol; pero el equipo se echa muy temprano para atrás; pero le llegaron mucho; pero con un gol de diferencia, apenas nos alcanza; pero, pero, pero...
La llegada de Diego Cocca a Santos ha arrojado una de las etapas más catastróficas en cuanto a resultados se refiere en la historia del club. ¡Ya son seis derrotas consecutivas!, entre partidos de liga y Concachampions. Sin embargo, reconozco en este espacio a manera de agradecimiento, que en los últimos dos juegos Cocca haya alineado a tres delanteros más Ludueña, sugiriendo un parado extremadamente ofensivo. Ambos encuentros (contra Cruz Azul y América, los dos de local) le devolvieron a la tribuna elementos del todo importantes en esta plaza: emoción, peligro, espectáculo, poder ofensivo, atracción, y la gran oportunidad de ganar, golear y gustar jugando de esa manera.
Raro que cuando un entrenador respeta la verdadera mística de un equipo acostumbrado a ofender y conseguir goles, los resultados positivos no avalen tan irreverente y valiente postura, pero a pesar de las derrotas tan consecutivas, aparece cierta esperanza en que este equipo va a mejorar conforme pasen las semanas.
Veo una entrega en el jugador santista que no vi antes. Unas ganas de triunfar durante el encuentro que "ayer" apenas era visible. Y un compromiso del plantel por rescatar esta temporada que se encuentra al borde del abismo.
Diego Cocca aún tiene por aprender (¿era necesario debutar al joven Ruelas en un partido tan intenso y difícil como el de América?). Necesita manejar mejor los partidos y sobre todo los tiempos. Pero creo ya dio un primer paso muy importante, que es arriesgar con ese futbol ofensivo. Eso traerá el acuerdo de afición y prensa, lo cual es un excelente aliado para trabajar con tranquilidad. Cosa que Bueno no tuvo a pesar de una liguilla y Romano tampoco a pesar de dos finales disputadas. Porque lo realmente importante es que Santos Laguna se distinga como un equipo aguerrido, ofensivo y goleador.
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