Quedé esperando una alta más del Santos Laguna al culminar el régimen de transferencias, pues para mi gusto, tras la salida de Benítez, "Pony" Ruiz y Arce, siento que el aparato ofensivo quedó desprotegido, máxime que la directiva anunció que la plaza de extranjero será ocupada por un defensa central (?) situación extraña, ya que parece que ese sector de la cancha está bien custodiado por Felipe Baloy y Aarón Galindo, mientras Rafa Figueroa se cuadra para intervenir en cualquier momento: un tercer defensa y foráneo, da a pensar que Diego Cocca busca jugar con línea de tres centrales, formación que no coincide con lo que el estratega santista ha promocionado, que es el futbol ofensivo y con sólo dos centrales.
Lo que sí admiro, reconozco y hasta aplaudo de pie, es la gran capacidad que tuvo la directiva lagunera en acomodar, prestar o vender a tantos jugadores que en lo particular ya no les veía ningún futuro: titánica tarea acomodar en Xolos a Juan Pablo Santiago; hacer que Atlas se llevara a Paco Torres y Jonathan Lacerda (aunque estando Romano al mando, cualquier decisión extraña puede ocurrir); que Uriel Álvarez fuera pretendido y cedido a Puebla (mismo caso con Sergio Bueno); más las ventas cuantiosas que realizó días anteriores en el caso de Christian Benítez, "Pony" Ruiz y los acomodos de Arce, Ruelas y todo lo que repartieron en Primera A, estaré más que interesado en asistir a un curso intensivo que el club Santos ofrezca de vendimia y otras cualidades.
Aún así, me parece que se conformó un buen plantel, que puede competirle a cualquiera y que sin ser favorito al título deberá estar entre los ocho invitados directos. En los mismos jugadores y en Diego Cocca estará el demostrar que con este plantel se puede aspirar a cosas mayores: que la contención será custodiada por Juan Pablo Rodríguez y un juvenil, que deberá ser Salinas o Toledo, esta será la apuesta mayor del técnico santista.
No queda más que esperar que el nuevo refuerzo extranjero sea alguien que realmente marque diferencia, que aporte, que enseñe a sus compañeros lo que ha aprendido y que no venga a ocupar un lugar en la banca como hizo Lacerda durante casi toda la temporada. También está el reto (una vez más) de la Concachampions, y aquí también dudo que el plantel alcance para los dos torneos, pero el equipo tiene la última palabra. Será un año futbolístico difícil, toda vez que se deben superar los dos subcampeonatos obtenidos hace apenas poco y superar esa barrera sólo significa la obtención de una cosa.
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