Asistir a un partido de futbol no abarca únicamente presenciar los 90 minutos que dura el juego, sino que significa toda una logística y su casi milagrosa ejecución para acceder a él. Por eso nunca dejaré de reconocer y de sorprenderme por la excelente asistencia, fidelidad y protagonismo activo que tiene la afición en la Comarca Lagunera por su equipo Santos Laguna.
Formarse para comprar dos boletos; conseguirlos en partidos de mucha demanda; acceder al nuevo estadio con las pobrísimas vialidades que rodean el inmueble y la calvárica tarea de conseguir estacionamiento, son tareas que el aficionado está dispuesto a enfrentar (y, claro, vencer) con tal de estar presente en la tribuna y disfrutar un buen partido de futbol.
Sobre este último punto quisiera detenerme: en la semana se dio el anuncio por parte de la directiva que únicamente los abonados de estacionamiento (no de estadio) tendrán acceso a cualquiera de los 9 estacionamientos. Esta información es muy valiosa porque anteriormente uno tenía que intentarlo en todos los accesos a ver en cuál se podía convencer al de la entrada en que efectivamente uno estaba acreditado o con boleto, ibas a ver el juego, no eras alienígena y habías pagado puntualmente el predial para que, a regañadientes, te dieran acceso. Eso sí, pagando el lugar que ocupará el vehículo, pues en esta vida nada es gratis.
Quiero invitar a los afortunados que asistirán el próximo sábado al TSM (muy recomendado, a como viene jugando Santos) que si no tienen abono de estacionamiento, no intenten entrar a cualquiera de los 9 que tiene el estadio. De verdad, ahórrense esa frustración, tiempo y conglomeración innecesaria de autos, que pueden provocar que una tarde de placer familiar se convierta en una tarde de discusiones, mortificaciones y enojos. Cuando uno discute con el personal de seguridad, la lógica común cambia, la conversación se vuelve de lo más surrealista y el criterio es lo único que seguro estará ausente. Además, el nuevo sistema de seguridad del TSM (los hombres de negro, fácil identificarlos) pueden ser más inaccesibles y fríos que el villano Snape en Harry Potter, así que si pueden evitar entrar a un lugar que no les corresponde, o hacer peticiones, se enfrentarán a un muro de hierro que responderá (espero) educadamente, mas no siempre de manera amable.
Y si usted es abonado, por favor infórmese bien, porque bajo la consigna de "ser abonado es un privilegio", usted puede tener el desprivilegio (valga la expresión) de contar con su abono, no tener el de estacionamiento y que le prohíban la entrada a su vehículo. Disculpen el tono sarcástico, pero en particular encuentro un periplo quincenal hallar en dónde acomodar mi carro, y las recomendaciones son para que la fiesta sea completa y no haya innecesarios brotes de furia, frustraciones y enojos.
Aleson2001@hotmail.com
