Un aficionado de Santos, quizá soñador de más, anhelaría que en cada juego de los Guerreros haya una anotación de Ludueña, otra de Oribe, una más de Quintero y que Suárez cierre la cuenta. Lo anterior aconteció la noche del martes en Denver, Colorado, con un irreconocible Santos que dominó, ofendió y liquidó a los nada Rápidos de la MLS.
Es poco probable que un equipo pueda golear en todos sus partidos y además con esa diversidad en sus anotadores: no lo hace Barcelona, ni Manchester ni Real Madrid y no estoy esperando que Santos Laguna lo haga ni mucho menos. Lo que quiero decir es que en cuestión de goles anotados, forma de juego, formación, pero sobre todo, actitud, la de Santos en Colorado fue irreconocible. Y nadie me puede decir que un equipo de la MLS es débil, porque ciertamente no es así. De hecho la derrota de Colorado en manos de Santos ha sido la más abultada de un equipo norteamericano en su propio terreno. Además, los Rapids son los actuales campeones de su liga.
La cuestión pasó más bien en la actitud del plantel. Se habla mucho en la semana que el equipo está comprometido, que se está trabajando para eso, que los resultados llegarán y que bla bla blá. Donde mejor habla el futbolista es en la cancha. De nada sirve que se diga que apoyaban a Cocca si no se mataban en la cancha por él.
Desconozco cómo será la relación del vestidor de Santos con Galindo y Adomaitis. Sé que el del Santos es uno de los grupos más difíciles de manejar, por antiguas creencias, jerarquías o vanidades propias del jugador. Pero una cosa me quedó clara, y ya había dudado: a los jugadores del Santos no se les ha olvidado cómo jugar, siguen teniendo calidad y cuando quieren, son capaces de sacar el resultado con toda contundencia y habilidad.
Galindo debuta con dos salidas, ambas muy difíciles, San Luis y Puebla, los puntos deben llegar desde ya, aquí no habrá tiempo de las fastidiosas declaraciones "el equipo se va acoplando", "voy conociendo poco a poco el plantel", "los jugadores después de 3 o 4 semanas sabrán realmente qué es lo que quiero", porque ni lo vamos a creer, ni hay espacio para ello. Suerte a Benjamín en esta segunda etapa, la vida pocas veces da dos oportunidades, ojalá la aproveche.
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