Resulta insuficiente el espacio cuando se va a escribir del adiós de un histórico; Jared Borgetti anunció de forma oficial e independiente (resaltó la ausencia de la institución del Santos Laguna respaldando el evento) su retiro de las canchas de forma profesional, pues asegura que seguirá cantando goles dentro de todo tipo de canchas y que seguirá presente en el deporte que tanto ama, el futbol.
Dentro de sus emotivas palabras, acompañadas de una voz quebradiza que denotaban la amargura que siempre acarrea el retiro, Jared afirmó una y otra vez el sueño incumplido de poder decir adiós defendiendo la camiseta de sus amores: la del Santos Laguna. Su rostro era de decepción, como si dentro de sí tuviera la certeza que pudo haber aportado aún cosas maravillosas al equipo. Eso es fácil imaginarlo, puesto que Rodrigo "Pony" Ruiz forma parte del actual plantel y no ha perdido el excelente tino de antaño, cuando sus centros apuntaban siempre a la cabeza de Jared.
La directiva y cuerpo técnico han dado sus razones para no incorporar al legendario Borgetti dentro de los planes para esta temporada. Muchos las encuentran de poco peso y pocos se explican el porqué no se le brindó a Jared la oportunidad de despedirse en un torneo oficial con el equipo de sus amores ante la afición que hizo tan suya y que sigue y seguirá siendo: la afición santista.
Mi compañero de televisión, Rafael Rosell, con quien comparto también espacio en este periódico, comenta de manera informal, fuera de micrófonos, que la despedida ideal para Jared Borgetti, una realmente digna como sólo la merece el máximo goleador de todos los tiempos de Santos Laguna y de la Selección Mexicana, sería un partido en el TSM entre el equipo mexicano titular que Chepo de la Torre convoque contra el primer plantel del Santos. Jared juega un tiempo con cada camiseta (de preferencia anota a pase del Pony) y sale de cambio en la segunda mitad para ser ovacionado con una vuelta olímpica y su nombre inmortalizado en una plaqueta pegada dentro de los espacios del TSM, que para el caso se utilizan.
Sólo así se puede agradecer medianamente todo lo que Jared significa para Santos (ojo, que no significó, sino hablando en presente) para satisfacer su necesidad de decir adiós en vida, y de la misma afición que también añora agradecerle y decir hasta pronto.
He retomado esta retórica idea de mi compañero para hacerla mía a manera de propuesta, invitación y sugerencia, deseando tenga alguna resonancia. Por si no, desde este humilde espacio te digo a ti Jared, ¡gracias! por hacerme gritar 189 veces gol, sin agradecerte los goles que anotaste con la Selección Nacional. Por tu entrega, profesionalismo y calidad, gracias Jared.
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