Militares de alto rango de ambas Coreas sostuvieron conversaciones el martes en la Zona Desmilitarizada fronteriza, el primer diálogo oficial entre las partes después del mortífero ataque norcoreano con artillería contra una isla surcoreana en noviembre.
Las tensiones en la península dividida se exacerbaron tras el bombardeo, en el que perecieron cuatro personas y que ocurrió ocho meses después del hundimiento de un barco de guerra surcoreano en un acción que dejó 46 marineros muertos.
Seúl asegura que Corea del Norte atacó la nave con un torpedo, pero Pyongyang rechaza de manera tajante cualquier implicación en ese hecho.
La reunión del martes fue a nivel de coroneles en la aldea fronteriza de Panmunjom. Una vigilancia estricta y de gran escala caracteriza a la Zona Desmilitarizada.
Los participantes intentaban afinar detalles y concertar una fecha para un diálogo castrense posterior a mayor nivel, en el que las partes se analicen ambos ataques, dijo el Ministerio de Defensa de Corea del Sur.
"No hay mucha frialdad en el ambiente, creo que las conversaciones proseguirán bien", había dicho antes de su partida hacia la frontera el coronel Moon Sang-kyun, jefe de la delegación surcoreana, durante una reunión con autoridades del Ministerio para la Unificación en Seúl.
Se desconoce si en la reunión del martes las partes concertarán todos los detalles para las posteriores conversaciones en las que participarían los jefes de la Defensa u oficiales con grado de general.
Si se concretan estas conversaciones, serán las primeras entre ministros de Defensa en más de tres años.
Las conversaciones del martes fueron concertadas a solicitud de Corea del Norte debido a los vientos de guerra que soplaron durante varias semanas en la península.
Las autoridades de Corea del Sur afirman que Corea del Norte debe asumir su responsabilidad en ambos ataques, desechar su estrategia de agravar las tensiones con provocaciones y negociar para que consiga asistencia.
