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Dra. Liliana Acuña Cepeda

MITOS Y REALIDADES EN ODONTOLOGÍA 2

Los mitos, en distintos contextos pueden significar varias cosas, se pueden considerar envolturas simbólicas de una verdad, narraciones de hechos sobrenaturales, o pueden formar parte del sistema religioso de una cultura, la cual los considera historias verdaderas. Así mismo se postula que los mitos sirven para transmitir roles y símbolos de características arquetípicas. Es posible que a esto sea a lo que se refiriere un hablar de los mitos del dolor en odontología.

A los dentistas se les tenía en el concepto de sacamuelas, concepto que hemos trabajado mucho para eliminarlo, va vinculado, la prevención, la cultura, la situación socioeconómica, y también le sugerimos un odontólogo que esté certificado y en constante actualización. La odontología a pesar de ser una profesión joven ha tenido cambios a pasos agigantados.

Mito: El dentista causa dolor. Realidad: Si tenemos la cultura de la prevención, no tenemos por qué tener dolor, en caso de requerir tratamiento dental, tenemos la anestesia local, la cual elimina el dolor.

Mito: Si un bebé se chupa el dedo, empuja los dientes para afuera. Realidad: Es normal el hábito de succión del pulgar en el bebé, desaparece hacia los 3 años, si persiste, entonces sí puede deformar los dientes delanteros.

Mito: No hay que curar las caries de los dientes de leche porque se caen y salen los definitivos. Realidad: El niño sin dientes no mastica, ni habla bien y se ve mal. Los dientes vecinos se corren y no dejan lugar para los permanentes o salen afuera de línea o amontonados. Por eso, al extraer un diente primario se coloca un dispositivo para guardar el espacio.

Mito: No hace falta cepillar los dientes de leche. Realidad: Los chicos necesitan la higiene bucal más que nadie, sus dientes son más débiles, y consumen más golosinas, leches chocolatadas, endulzadas, jugos, gaseosas y otras fuentes de caries. Los padres deben de ocuparse del cepillado tan pronto como aparezcan los primeros dientes. Aun antes conviene iniciar el hábito, masajeando con una gasa limpia las encías desdentadas, así como elegir un odontólogo de preferencia odontopediatra.

Mito: Perder dientes de leche por las caries no es un problema porque igual se van a caer. Realidad: Este concepto es un error porque la caries de los dientes temporales (de leche) puede generar problemas en los dientes permanentes.

Mito: Los enjuagues bucales, sobre todo los que contienen alcohol, son buenos para el mal aliento. Realidad: Estos productos simplemente enmascaran el cuadro, pueden agravar el problema, causando sequedad lingual, por deshidratación que aumenta la volatilización de las moléculas responsables del mal olor, pueden ser tóxicos celulares. Y no deben de ser usados en pacientes con problemas en mucosas bucales, tratamientos con quimio o radioterapia, personas de tercera edad, boca seca, pacientes con síndrome de Sjögren, etc...

Mito: La halitosis es causada por los alimentos. Realidad: Algunos alimentos como la cebolla, el ajo, las coliflores, provocan algunos olores, sin embargo, éstos son transitorios y se controlan fácilmente evitando estos alimentos. Por otra parte, estos olores no contienen sulfuros, que son los causantes del olor "ofensivo".

Mito: No hay tratamiento para la halitosis. Realidad: Esta es también una falsedad, ya que el mal olor tiene tratamiento mediante los cuidados y tratamientos odontológicos en más del 80% de los casos. Por lo tanto, son los dentistas principalmente quienes deben tratar a los pacientes que padecen esta incómoda condición.

Mito: La halitosis proviene del estómago. Realidad: Sólo en muy raros casos (<10%)

Mito: La halitosis viene de los pulmones o del estómago. Realidad: Sólo se ve en enfermedades muy graves.

Mito: La halitosis es un problema hereditario. Realidad: Esto es absolutamente falso no hay estudios que demuestren que el mal olor bucal se herede, lo que sí ocurre es que las enfermedades en las encías (gingivitis y periodontitis) sí tienen un carácter hereditario.

También llamado "halitosis", el mal aliento puede tener múltiples causas. Pero en la gran mayoría de los casos el motivo es una higiene bucal deficiente. Cuando la persona no se cepilla los dientes después de comer, quedan restos de comida en los espacios que hay entre los dientes. Estos restos entran en descomposición y producen el mal aliento. El problema también es causado frecuentemente por bacterias que quedan atrapadas sobre la superficie irregular de la lengua. La halitosis es producida además por infecciones en la boca, e incluso por caries avanzadas.

Son muchos más los mitos en odontología, pero es muy importante tener en cuenta que cuando se trata de nuestra salud y la de nuestros hijos, es imprescindible creer en todo aquello que tenga fundamento científico.

Continuaremos....

Domingo 11 de diciembre de 2011

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