Crisis en México. Analistas indican que pese a la volatilidad en los mercados financieros y a un menor crecimiento mundial, las autoridades de México aún no reconozca la posibilidad de una crisis económica.
Las turbulencias exhibidas por los mercados financieros muestran la desaprobación que los inversionistas le han otorgado a la evolución de la economía norteamericana y a los planes instrumentados por las autoridades de dicho país para intentar reactivar el empleo y consumo.
En contrasentido con lo esperado, las medidas anunciadas fueron tomadas como una muestra de la debilidad en la que se encuentra sumido el principal socio comercial de México. Como resultado, se tuvo un incremento en la volatilidad bursátil, lo cual redujo en más de un billón de dólares la riqueza de los inversionistas en Estados Unidos, y que en el resto del mundo provocó una depreciación de las monedas.
Lo anterior fue resultado de una salida de capitales, los cuales migraron hacia mercados y activos que consideraron más seguros. Ello es muestra de que el nerviosismo y la especulación se han elevado, y que en realidad no existen garantías de que el mundo pueda enfrentar de manera exitosa los desequilibrios que existen en el sistema financiero y económico global.
En el caso de México, la elevada dependencia que mantiene respecto al desempeño de la actividad productiva de Estados Unidos, así como con los flujos de inversión que arriban al país, ha terminado por provocar que las cuentas alegres presentadas por las autoridades hacendarias en su presentación del proyecto de presupuesto, simplemente no cuadren. Evidentemente que el primer caso lo constituye el tipo de cambio.
Para 2011 el promedio anual estimado oficialmente es de 11.9 pesos por dólar, en tanto que para el 2012 la proyección lo coloca en 12.2. Sin lugar a dudas que la cotización de 13.5 pesos por dólar que en promedio se ha alcanzado durante los últimos días desafía la perspectiva oficial.
El Banco de México ha planteado que ello se modificará y que en algún momento la paridad volverá a aguas más calmadas. De inicio ello significa que no tienen planeado realizar una intervención, salvo que la incertidumbre se prolonguen aún más.
No obstante, debe mencionarse que el telón de fondo lo constituye la posible recesión que se cierne sobre el mundo desarrollado y las naciones que mayor dependencia exhiben respecto al mismo. En otras palabras, es la falta de crecimiento económico la que en parte está causando los problemas antes mencionados, y eso no se solucionará en el corto plazo.
El problema para México es que las autoridades subestiman la potencial desaceleración, y de su análisis queda descartada la posibilidad de una crisis económica. Deberán transcurrir algunas semanas para que se haga evidente que la actividad productiva se encuentra en una fase que impedirá la consecución del crecimiento económico prospectado por el Gobierno, y sólo entonces veremos que se hará reconocimiento de la situación.
