IMSS. Los derechohabientes de la Clínica 16 estaban molestos porque en farmacia había una larga fila, y sólo 2 personas atendiendo.
Una larga fila y sólo dos personas para atender la farmacia. Ayer miércoles, los derechohabientes de la Clínica 16 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), esperaron horas para intentar surtir sus recetas.
Algunos sí consiguieron su medicamento, y otros no, pero a los derechohabientes les molesta más la mala atención y prepotencia de los trabajadores de la Clínica 16 del IMSS.
María Cruz Gallardo se sentía tan mal que prefirió no formarse para surtir su medicamento, "estoy desde muy temprano y ya quiero irme a mi casa a descansar, no tengo ánimo de nada".
Eran casi las 11 de la mañana, y María Concepción Ceballos todavía no podía surtir su receta, "estoy formada desde las nueve, y no avanza nada; es que tienen muy poca gente atendiendo la farmacia, pero lo peor es la manera en que el personal nos trata, son muy prepotentes".
Al ver la fila, Norberto Emiliano Barraza optó por meterse ante la molestia de los demás, "es que hay mucha gente, ya tenemos horas esperando y nada; ni siquiera sabemos si tienen el medicamento o no".
La hija de María González Ornelas tiene meningitis viral, y necesita de siete medicamentos al mes, sin embargo, la mayoría de las ocasiones, su madre lo compra en las farmacias porque en el IMSS nunca lo tienen.
"Cada uno cuesta más de 300 pesos, y constantemente batallo para surtirlo en la farmacia, y hay ocasiones en que no tengo dinero para comprarlo".
A María González le dieron "chance" de meterse en la fila porque su hija Gabriela, usa silla de ruedas como secuela de la meningitis viral que le dio hace poco más de un año.
"Es una lástima que nos hagan pasar por estas cosas; la verdad es que el personal da muy mal servicio y el trato es pésimo".
La molestia entre los derechohabientes era evidente, la mayoría le gritaba al personal de la farmacia de la Clínica 16 del IMSS que tratara de darse prisa en surtir las recetas, y que "dejaran de tomar café".
CAMBIOS
Patricia Ramírez Carrera es derechohabiente de la Clínica 66 del IMSS, sin embargo, a partir de enero de 2011 debe acudir a la 16 a surtir su medicamento, Onastrazol, que tiene un costo de dos mil pesos en el medio privado.
"Como es medicamento de alto costo ya no lo quisieron manejar en la Clínica 66, y ahora tengo que venir hasta la 16 a que me revise el ginecólogo y me recete el medicamento, es mucha burocracia y tengo 3 meses sin tomarlo".
