Desde que el Rey de los Deportes, el beisbol entró a la etapa modernista, los juegos que se escenifican en los diferentes parques, se han vuelto kilométricos.
Es cierto, cuando uno de los partidos alcanza el sueño de toda la afición, como son los extrainnigs, los cotejos tienden a prolongarse por tiempo indefinido, porque de acuerdo a las Reglas, no hay límite hasta en tanto no haya un ganador.
Pero aun así, en los años 80's, los juegos de extrainnings, cuando mucho se alargaban a 3 horas y media. Pero ahora, en verdad que es el colmo, porque hay encuentros que se prolongan hasta más de 5 horas, y en las tribunas de los parques, únicamente se quedan los que tienen que realizar alguna función, porque los aficionados abandonan el escenario porque los cotejos se vuelven tediosos, o sea que pierden su interés.
¿Quiénes tienen la culpa de lo prolongado de los juegos?
Pudiéramos señalar culpables, pero aquí se involucra a varios personajes encargados de ofrecer el espectáculo. Y hablamos desde los umpires, manejadores y los mismos peloteros, sobre todo los lanzadores que gustan de tomarse todo el tiempo que gustan entre lanzamiento y lanzamiento, ante la complacencia de los señores de Azul, así como los bateadores quienes gustan de hacer tiempo deliberado cuando se paran en la caja de bateo.
Aquí es urgente que los Umpires se "fajen" los pantalones, como cuando cantan su conteo, que no permiten reclamación alguna del bateador en turno, que obliguen al pitcher a agilizar su trabajo y no permitir que el bateador se salga de manera constante de la caja de bateo.
Porque que eso de que ahora se utiliza el pitcher abridor, relevo corto, preparador y cerrador, se convierte en un desfile de serpentineros, que llegan a sumar hasta 8 elementos por equipo, como ocurrió en el primer juego de la serie entre Acereros de Monclova y Vaqueros Laguna el martes anterior.
Es cierto, el juego se extendió hasta más de 5 horas y media porque se jugaron 12 episodios, pero aun así es mucho tiempo el que se consumió, sin consideración alguna a los pocos asistentes que esa noche se dieron cita en las tribunas del Estadio de la Revolución.
Ojalá y que de aquí en adelante, los Umpires se pongan las pilas, busquen la forma de agilizar los juegos, porque de otra forma ellos mismos provocarán que la gente se retire de los parques, recordando que el beisbol es un espectáculo familiar, y por el tipo de promociones que hacen los Clubes, acuden muchas damas y niños y no es posible que los infantes, si tienen que acudir al día siguiente a la escuela, se estén acostando después de las 12 de la noche.
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