Los trabajos de recuperación de los restos de los mineros que quedaron atrapados en el pozo de carbón que explotó el pasado martes se aceleró ayer viernes. (EFE)
Los trabajos de recuperación de los restos de los mineros que quedaron atrapados en el pozo de carbón que explotó el pasado martes se aceleró ayer viernes. Cinco cadáveres fueron sacados del lugar en el día, con lo que aumentaron a 11 los cuerpos encontrados, y se renovó la confianza de localizar a los tres que faltan en las próximas horas.
Mientras los cuerpos eran entregados a sus familiares, el secretario del Trabajo y Previsión Social, Javier Lozano Alarcón, trataba de convencer que su dependencia y la Secretaría de Economía no se estaban "aventando la responsabilidad" por no poder evitar la tragedia en este pozo, que operaba sin permisos y con diversas irregularidades, y que provocó que un adolescente de 15 años perdiera un brazo, y murieran 14 mineros.
La séptima víctima es Julio César Sifuentes, quien fue rescatado en la madrugada del viernes y la octava se trata de Juan Carlos Escobedo Chávez, de 34 años de edad, quien tenía tres hijos.
La novena víctima es Santos Vallejo Ríos, de 35 años de edad, quien fue identificado por un tatuaje en el pecho con el nombre de "Tania".
El décimo cuerpo fue identificado como Rogelio Robledo Esquivel y el onceavo como Hermilo Pérez Mandujano, de 30 y 26 años de edad, ambos vecinos del poblado de Barroterán, municipio de Múzquiz, Coahuila.