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Por mucho tiempo se dudaba que un niño pudiera deprimirse, pero la verdad es que sí se puede deprimir. Aunque tiene expresiones particulares consistentes con su edad, la depresión en los niños es real y manifiestan síntomas parecidos a los adultos, por ejemplo cuando un pequeño deja su casa por primera vez para asistir a la escuela puede desarrollar una depresión reactiva por la separación forzada, misma que expresará con llanto, y/o agresividad, en esta etapa el niño no puede expresar con claridad sus sentimientos...

De pena o dolor pero sí los expresan con comportamientos propios de su edad.

Factores que influyen en la depresión de los niños:

Tal vez usted se pregunte por qué se deprimen los niños. Y crea que no es justo que personas tan pequeñas sufran y que no necesitan ni deben preocuparse por los problemas que se dan en su hogar, ni por las dificultades, ya que esto les corresponde a los padres o a los adultos.

Esta es una reacción muy común, pero en realidad está haciendo lo que muchas personas hacen, que es ignorar la situación emocional de sus hijos, consiguiendo sólo agravar el problema.

Sin embargo hay que comprender que los niños sí experimentan momentos de dolor, y aunque no diga "me siento deprimido", en su interior responderán como cualquier adulto, con tristeza o pena cuando experimentan una pérdida o conflicto constante. Vivir en un ambiente negativo, hostil, expuesto a constantes amenazas, inseguridad, abandono y violencia provocará que genere un sentimiento de desesperanza o pena, disfrazada con comportamiento agresivo.

Es en esta parte por esta razón que las Escrituras registran que Jesús expresó la prioridad que los adultos deben de asumir por la defensa y bienestar de la niñez, diciendo: "porque de los tales es el reino de los cielos".

Los psicólogos también afirman que la depresión es el resultado de la manera en que uno se percibe a sí mismo, percibe a los demás y percibe el futuro. En este sentido, si una creatura vive en un ambiente que lo margina, podrá desarrollar un concepto muy pobre de sí mismo. Se considerará incapaz, le parecerá que los demás no son confiables y que el futuro es negativo. En la etapa infantil estos pensamientos son más intuitivos que lógicos pero sí existen. Estos factores cognitivos pueden provocar que un niño termine siendo víctima de la depresión.

ÍNTOMAS:

Para reconocer si un niño está deprimido es importante preguntarse si la expresión de su tristeza es lo esperado o normal o, por el contrario, es anormal en la edad en que se encuentra. Por lo general, los síntomas comunes son:

O Renuncia a participar en juegos o actividades en las que antes sí se involucraba con entusiasmo.

O Cambio en el apetito.

O Dificultad para concentrarse.

O Desgano absoluto, cansancio y desmotivación.

O Sentimiento de culpa.

O Aferramiento rígido a la presencia física de sus padres o adultos.

Cómo ayudarles:

O La niñez es una etapa diseñada por Dios para que los pequeños experimenten el amor, la aceptación y protección por parte de sus padres. Si esto no es posible, usted puede asumir ese rol.

O Evite considerar a la niñez y adolescencia como una etapa que es inmune a la depresión

O Acepte que últimamente la niñez y adolescencia está sujeta a mayores presiones que las generaciones anteriores.

O Identifique si en el niño hay antecedentes de conflictos familiares, alcoholismo, desempleo, suicidio, etcétera, los cuales son factores que pueden provocar estados depresivos.

O Facilite para que el niño exprese su pena de acuerdo con su edad.

O Provea el desarrollo de las habilidades que el niño tenga y elogie sus virtudes.

O Utilice títeres, juegos, cuentos donde el niño pueda expresar sus sentimientos de pena a través de estas actividades.

O Satisfaga, a través de su cariño, la necesidad que tiene el niño de experimentar un vínculo afectivo de aceptación y confianza por parte de un adulto.

O Sea paciente y evite ser extremadamente autoritario, gane la confianza del niño y él abrirá su corazón