La aprobación del aumento en el techo de endeudamiento de Estados Unidos no alivió del todo los temores sobre la economía más grande del mundo, toda vez que el riesgo de una intervención monetaria (QE3) es nuevamente alta y está latente una posible baja en sus calificaciones soberanas, coincidieron analistas.
De acuerdo con el Diario de Economía y Mercados del Grupo Financiero Santander el riesgo de una recesión en Estados Unidos se ha elevado 50 por ciento, según el National Bureau of Economic Research (NBER), que marca el inicio y el final de los ciclos económicos en ese país.
Algunos miembros de ese comité, señaló, consideran que la economía continúa viéndose afectada por la debilidad del sector de vivienda, los bajos niveles de empleo y de confianza tanto empresarial como de los consumidores, así como por los esfuerzos de los consumidores para reducir su endeudamiento.
De ahí que conforme se disipa un poco la histeria sobre la decisión del Congreso de Estados Unidos, comienza a pesar más la falta de crecimiento que a su vez podría empeorar aún más las cuentas fiscales (menor recaudación) en los próximos meses y el riesgo de una nueva intervención monetaria (QE3) es nuevamente alto.
En este sentido, refirió que si bien ayer mismo Moody’s ubicó la deuda estadounidense en 'panorama negativo', a pesar de que reafirmó la máxima calificación crediticia (Aaa), el decepcionante paquete fiscal podría resultar en una baja en la calificación por parte de Standard & Poor’s en las próximas semanas.
De lograr resultados positivos en discusiones posteriores (mayores impuestos que balanceen el recorte de gastos anunciados), podría evitarse el downgrade, pero el deteriorado panorama económico representa un riesgo adicional.
En este sentido, el área de Estudios Económicos y Sociales del Grupo Financiero de Banamex-Citi, pidió considerar que hasta la fecha Standard & Poor’s, que dn abril hizo público el riesgo de que Estados Unidos perdiera su calificación AAA, todavía no se ha manifestado; en tanto que Fitch, continúa la evaluación que concluirá a fines de agosto.
Por su parte, el Grupo Financiero Scotiabank estima que con el plan de deuda aprobado ayer por la Cámara Baja quedaría fuera el riesgo de un posible default, aunque está pendiente la respuesta de las calificadoras.
Comentó que hasta el martes, los mercados daban por hecho que no habrá una reducción en el corto plazo en la calificación de la deuda soberana estadounidense.
No obstante, señaló, la respuesta final aún no se ha realizado, y con esta acción se estaría eliminando el papel altamente expansivo de la política fiscal, lo que podría tener impactos negativos sobre la actividad económica.
