“No hay una brecha generacional en Caifanes, al contrario es un grupo que va como juntando generaciones y eso es algo que nos sorprende mucho”. SAÚL HERNÁNDEZ
Fue en 1984 cuando por primera vez tocaron juntos Saúl Hernández, Alfonso André y Alejandro Marcovich; lo hicieron en una fiesta organizada por Carlos Marcovich, quien necesitaba dinero para filmar un cortometraje y así poderse titular de la escuela de cine.
Ha pasado más de una década de esa primera reunión que daría paso, primero a Las Insólitas Imágenes de Aurora, que en 1988 paradójicamente sin Alejandro y con la incorporación de Diego y Sabo, se convertirían en Caifanes considerada por muchos como la banda de rock más importante de México.
Al mirar hacia atrás Saúl recuerda sus pasos por los hoyos fonquies, el movimiento de rock de los 90´s generado junto a grupos como La Maldita Vecindad y Fobia, éste último al que incluso le produjo su primer demo.
La vida de Caifanes fue corta, el 18 de agosto de 1995 dieron su último concierto en San Luis Potosí. Ahí terminó su historia, el motivo: las diferencias entre Saúl y Alejandro. Dieciséis años después Saúl se reconcilia con Marcovich renaciendo su vieja amistad. Tras ese mismo lapso de tiempo, el grupo se reúne para cerrar un ciclo personal, sin embargo parece que no pasó tiempo ya que el público ha abarrotado todos sus conciertos, cantando cada uno de los temas que ya forman parte del cancionero popular.
“Pareciera que hubo una pausa y que cuando se quitó esa pausa todo estaba ahí puesto. Nada cambió. Al contrario se multiplicó porque ahora en los conciertos estamos viendo un gran porcentaje del público que va desde los 14 años hasta nuestras generaciones. Y te puedo decir que desde el Vive Latino hasta el Palacio de los Deportes pasando por Monterrey, San Francisco y Chicago los conciertos que hemos dado están llenos de jóvenes, entonces es una alimentación vivencial y generacional”, comenta Saúl.
Al mirar hacia atrás qué paralelismo haces con este reencuentro y el concierto que dieron en 1987 en el desaparecido Hotel México donde sin contrato discográfico le abrieron a Neón y a Miguel Mateos, impactando al productor Óscar López de BMG Ariola.
¿Te confieso una cosa? He comentado esta anécdota en muchas entrevistas porque a mí me impactó mucho. Fue el primer concierto donde había cinco mil personas, pero para nosotros eran tres Estadios Azteca, nunca habíamos tocado para tanta gente. Entonces cuando empieza el primer acorde y entro a cantar la gente ya está cantando los temas. Nos sorprendimos porque no había disco en ese momento, todavía no firmábamos con BMG, ya estábamos en pláticas, íbamos en camino pero no había nada concreto, y sin embargo el grupo ya tenía gente que nos seguía y ya se sabían las canciones porque nos habían visto en el LUCC, en Rockotitlán. Empiezo a cantar y me impacto, volteo a ver a Sabo y le digo “síguele cabrón”. Y ahora a nivel del Vive Latino y todos los conciertos que hemos dado es la misma emoción. No es que no espere que la gente no cante las canciones porque ya hay una historia atrás y hay toda una historia discográfica, vivencial y generacional pero esa misma emoción es la que estoy sintiendo ahora y mis compañeros también, es algo increíble porque pareciera que pasó no sé, un mes y no 16 años.
Saúl confiesa que la respuesta del público los ha sorprendido, sobre todo porque no tienen nuevo disco, no hay videos y todo se limita a la música.
“No hay una brecha generacional en Caifanes, al contrario es un grupo que va como juntando generaciones y eso es algo que nos sorprende mucho. Sí esperábamos que fueran a estar interesantes los conciertos pero nunca de esta magnitud tan masiva. Caifanes está más allá del disco, está más allá del video, está más allá de todo”.
El reencuentro con Alejandro
Más de una década transcurrió sin que Saúl tuviera contacto con Alejandro Marcovich. Muchas historias se han escrito alrededor de su separación, lo único cierto fue antes de reencontrarse en el escenario... primero recuperaron su amistad.
¿Saúl qué pensaste cuando estabas en Ámsterdam y te llega un correo donde te dicen que Alejandro va a ser operado del cerebro?, ¿Qué sentimientos te produce?
Pues mucho miedo, mucho asombro, mucha preocupación, la verdad nunca me imaginé una situación así. El primer instinto fue contactarme a ver qué estaba pasando, cómo estaba, tratar de comunicarme con su esposa Gaby: ¿qué onda, qué sucede, explíquenme? No pude comunicarme porque ya estaba en el hospital y entonces le mandé un correo a Diego diciéndole que si se lo pudiera hacer llegar a Alejandro se lo agradecería mucho. Entonces se lo escribí a Diego y él se lo mandó a Alejandro y afortunadamente le llegó antes de entrar al quirófano.
El mensaje obviamente era de apoyo donde le decía: “todo va a estar bien, te quiero mucho, no te preocupes vas a estar muy bien; échale ganas, sé fuerte y adelante aquí estoy.
“La vida tiene caminos que no conocemos y enseñanzas que tampoco sabemos. Entonces, yo era uno de los que se negaba a hablar con Alejandro y ahora estamos tocando juntos y estamos muy contentos, pero quiero decirte que esta cercanía con Alejandro no tiene nada qué ver con Caifanes. No fue para tocar, no fue un acercamiento de cuando nos sentamos a platicar a ver qué canciones íbamos a tocar. No se habló del punto. Se habló de nuestras vidas, de muchas cosas, pero no fue una circunstancia que llevara a ‘ahora tenemos qué hacerlo’”.
¿Por qué volver a estar juntos?
Porque nosotros somos cinco y los cinco tenemos nuestras historias y si estamos juntos también es por otras cosas: es porque queremos estar juntos. Es porque de alguna manera sentíamos que probablemente era el momento de poder hacerlo bien y no caer en una confusión de andar tropezándose uno mismo, sino vamos a hacerlo con la honestidad que siempre hemos estado y ya después se empezó a gestar, cayeron ofertas y obviamente ya con una relación de cinco, pues ya lo piensas. Y así empezó todo.
Sabo también el año pasado tuvo un infarto y nos asustó a todos muy fuerte, Finalmente aquí estamos gracias a Dios, estamos luchando por vivir, lo que estamos viviendo y lo único que queremos es aprovechar para cerrar nuestros ciclos personales como banda. Y a la gente darle un agradecimiento inmenso.
He tenido la oportunidad de ver algunos videos de sus últimos conciertos y se notan relajados, con una gran camaradería entre ustedes.
Sí estamos muy bien. Te lo puedo decir honestamente, estamos muy bien es una emoción, nos abrazamos en el escenario nos agarramos la mano, estamos compartiendo juntos algo que pensábamos que ya no iba a pasar y además que nos ha costado mucho trabajo poder estar aquí. No es una historia tan fácil la que ha habido en Caifanes y creo que se refleja, la gente está ahí con amor, cariño y lo único que tenemos qué hacer nosotros es corresponder lo mejor posible.
¿Saúl qué recuerdas de Torreón del 95 que estuvieron aquí con la gira del Nervio del Volcán y que incluso fue la única vez que estuviste aquí como Caifanes, ya que después regresaste como Jaguares?
Pues una gira muy espectacular hasta donde yo recuerdo. Fue un concierto memorable, un concierto increíble y espero que ahora que estemos allá el 30 (de octubre) volvamos a retomar ese camino e invitar a las nuevas generaciones a darles la bienvenida al concierto. Hay mucha gente que nunca vio Caifanes y ahora nos va a ver nos va a ver bien con un sonido bien poderoso y con muchas ganas de estar con ustedes y crear este gran ritual que ya traspasó las fronteras de los conciertos y se ha convertido en una ceremonia.
