ENVOLTURAS DE MANTEQUILLA
No las tire al sacar la barra, guárdelas dentro del refrigerador en un plato cubierto con una bolsa de plástico, para que la grasa no se reseque ni ensucie nada. Generalmente contiene cada una de ellas cantidad suficiente para engrasar una vasija o molde que se va a meter al horno y también para una papa que se va a asar. Lo mismo se aplica a las envolturas de la margarina. El procedimiento tiene la ventaja de que al hacer la operación no se ensucian las manos.
EMPAREDADOS DE FANTASÍA
Si quiere hacer pequeños emparedados de fantasía para una reunión especial por la tarde con sus amigas, para una fiesta sencilla o para una despedida de soltera, congele las rebanadas de pan, si es posible de dos colores blanco y negro, por ejemplo y deles caprichosas formas con sus cortadores de galletas. Combine dos rebanadas de pan de distinto color y póngales en medio su relleno favorito. Adórnelas con aceitunas o cebollas encurtidas ensartadas en un palillo. Guarde los recortes para usar en rellenos o para tostarlos cuando los necesite para una sopa, o bien páselos por la licuadora cuando hayan secado, para empanizar.
SAL DE COLORES PARA LOS CHICOS
En esos días en que llueve y en que se ausentan los amigos y amigas de sus hijos, dando lugar a que se aburran, deles un paquete de sal y un tarro de vidrio limpio, con su tapa. Dígales que vacíen un poco de sal en una vasija y que la froten con un gis de color hasta que se tiña perfectamente. Una vez que esté bien pintada, haga que la vacíen en el tarro y que tiñan otra cantidad de un color diferente, que vaciarán cuidadosamente sobre la capa anterior cuidando de no mezclar los colores. En esta forma pintarán varias capas como gises de colores tengan, o bien alternarán dentro del frasco las pocas porciones que hayan podido teñir. Naturalmente usted se resignará a perder esa sal, puesto que ya no la podrá usar para guisar, pero es un juego inofensivo y económico que mantendrá ocupados por buen tiempo a los inquietos chicos.