¿VA A DAR A LUZ SU PERRA?
Cuando le llegue la hora, prepárele un buen sitio para que esté cómoda. Use el chapoteador grande de plástico en que jugaban sus niños para instalarla. Con tiras de periódico póngale una o dos capas gruesas y cámbielas cuando sea necesario para que el lecho se conserve limpio. La mamá tendrá suficiente lugar para estirarse a la hora de la comida de los cachorros pasarán cuatro o cinco semanas antes de que éstos puedan trepar y salirse.
CREMA ARTIFICIAL
La siguiente preparación se puede usar para cualquier cosa que requiera crema ácida natural. A una taza de queso cottage con bajo contenido de grasa, añádale una cucharada de jugo de limón y otra de leche. Mezcle estos ingredientes en su licuadora hasta que se forme una sustancia tersa y de la consistencia conveniente. Soberbia para "dips", papas asadas y para adelgazantes celosas de sus calorías.
UN REFRESCO DELICIOSO
Aquí tiene algo muy sencillo, pero delicioso, para apagar su sed cuando se sienta acalorada por haber dado un paseo por el parque con su perro. Mezcle dos partes de jugo de uva en una botella y una parte de refresco embotellado de toronja. Quedará muy complacida, pues además de refrescante, es bajo en calorías.
FORRE SUS GANCHOS DE ALAMBRE
Con unas hebras de estambre un poco grueso, puede usted forrar los ganchos de alambre en donde cuelga sus vestidos y demás prendas. Esta sencilla medida impedirá que se resbalen y vayan a dar al piso del clóset, en donde las encontrará todas arrugadas cuando las vaya a sacar para ponérselas. Con el estambre y un gancho de tejer puede hacer un bonito trabajo, pero si no quiere tomarse esa molestia, bastará con que enrede el estambre en el gancho de manera que quede totalmente cubierto el resbaladizo alambre.
INICIE UNA FELIZ REACCIÓN EN CADENA
Cuando vaya usted a alguna tienda, agencia de viajes, o algún otro lugar donde sea tratado excelentemente y donde se le proporcione el servicio a que usted tiene derecho y merece como cliente, no deje de hacerlo notar. Esto puede hacerlo personalmente o incluso por escrito al gerente del establecimiento. Con frecuencia es más fácil quejarse que reconocer el buen servicio y hacer un halago. Si este tipo de cosas fueran reconocidas con más frecuencia, será un estímulo para los empleados y encargados de atender a la clientela.