En Cuba. Un hombre compra un helado en una cafetería estatal, un día después de la clausura del VI Congreso del PCC.
Raúl Castro ha pedido paciencia a quienes desean un cambio generacional en Cuba y afirma que el país carece todavía de líderes jóvenes con experiencia para llevar adelante a la revolución, 52 años después de que junto con su hermano llegó al poder. Pero algunos observadores dicen que los Castro son los únicos responsables, y que un historial de cerrarle el paso a políticos prometedores ha marcado a su Gobierno desde el principio.
"La desconfianza de Raúl por los jóvenes del aparato radica en que no entiende la precipitación, la velocidad de la necesidad de los jóvenes por acelerar el proceso", dijo Eduardo Bueno, profesor de relaciones internacionales en la Universidad Iberoamericana en México. "Hay una ética de la generación fundadora que es bastante cerrada y que ha servido para descalificar a esos líderes jóvenes que buscan acelerar el proceso".
Raúl y Fidel han criticado con frecuencia a los jóvenes por una falta de una buena fe revolucionaria, al decir que lo que tienen se les ha entregado, en vez de haberlo ganado en una lucha valiente.
La brecha generacional nunca fue más evidente que en el Congreso del Partido Comunista de esta semana, cuando Raúl nombró como sus principales subalternos a las viejas figuras revolucionarias de José Ramón Machado Ventura, de 80 años, y Ramiro Valdés, de 78.
Tres políticos relativamente jóvenes fueron ascendidos entre los 15 miembros del consejo directivo, o Buró Político, del partido, pero en puestos menores.