Lorenzo y Santiago se encontraban trabajando con su azadón y pico, cuando inició el incendio en la Sierra de Jimulco. En cuestión de minutos miles de plantas se volvieron ceniza.
"Un tren de carga pasó y no sabemos si alguien aventó un cigarro prendido o las ruedas lanzaron chispas. La cuestión es que en cuanto se fueron los vagones todo ardió en minutos; nosotros vimos cómo inició el fuego porque estábamos trabajando en una cerca", dijo Lorenzo Castruita, del ejido la Flor de Jimulco.
Ni Lorenzo Castruita ni Santiago Palacios, habían comido a pesar de que llevaban más de 24 horas intentando apagar el fuego. Tampoco otros 14 lugareños ni los bomberos. Hasta las 15:00 horas de ayer jueves, Protección Civil de Torreón les llevó alimentos y agua.
"Estamos trabajando desde las dos de la tarde del miércoles, y es hora que no nos traen la comida. No tenemos ni agua", comentó Lorenzo.
Tanto el Ejército Mexicano, Protección Civil y los lugareños, presentes en el siniestro, informaron que el fuego inició a las 13:00 horas del miércoles y hasta la tarde del jueves había afectado a casi 300 hectáreas de la Sierra de Jimulco. Sin embargo, el Ayuntamiento reporta menos de 20 hectáreas dañadas.
El fuego aún se propagaba por la Sierra de Jimulco a pesar de los esfuerzos de los brigadistas por controlarlo, incluso en algunas partes, las llamas alcanzaban todavía más de dos metros de altura.
En el lugar había tres elementos de Protección Civil, unos 50 militares, 17 pobladores, 10 trabajadores de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), el Cuerpo de Bomberos y agentes de la Policía Preventiva y Estatal.
El fuego redujo a cenizas miles de plantas nativas como orégano, lechuguilla, maguey, gobernadoras y yuca, entre otras.
Lorenzo Castruita y Santiago Palacios estaban exhaustos. Desde que inició el incendio no pararon de trabajar en hacer brechas y veredas para impedir la propagación del fuego.
"La lumbre sigue y sigue pero no la podemos parar. Cerca de aquí está el ejido Peralta donde viven como diez familias, y tenemos que hacer lo posible para que no llegue hasta allá", dijo Santiago Palacios, del ejido El Diez.
Otros pobladores que participaron en las brigadas, se quejaron de que los militares sólo acudieron a la Sierra de Jimulco a tomarse fotografías en el siniestro, pues jamás tomaron las palas y los picos para hacer brechas que impidieran la propagación de las llamas.
José Cheriff, coordinador operativo de Protección Civil, descartó que la población del ejido Peralta, ubicado a unos kilómetros del siniestro, esté en riesgo. "Calculamos unas 300 hectáreas siniestradas. Seguiremos trabajando para hacer brechas para que el fuego no se propague".
Fuego. En algunos lugares de la Sierra de Jimulco, el fuego no podía ser controlado aún por los brigadistas que acudieron al lugar.