Más que el cúmulo de supuestos agravios acumulados contra la firma hegemónica, la integración de un bloque de empresas del ramo contra Teléfonos de México y su filial Telcel, en un coctel que mezcla, en el insólito, a Televisa, Televisión Azteca y Nextel, lo provocó la intervención en el conflicto de la Comisión Federal de Competencia.
En calidad de amigable componedora ante la graciosa huida de la autoridad, la instancia encabezada por Eduardo Pérez Motta, planteó lo que a su juicio sería un escenario justo frente al eje del conflicto o manzana de la discordia, es decir, las tarifas de interconexión.
De acuerdo al organismo, el costo en México para enlazar llamadas de una firma de telefonía celular a otra bajo el esquema "el que llama paga", es 43.5% superior al promedio que aplican los países afiliados al Organismo para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).
Lo correcto, pues, sería empatarlo, lo que provocaría ahorros al público por 6 mil millones de dólares al año.
El caso es que la reacción de las compañías en competencia con Telcel fue de rechazo total, acusando a trasmano al organismo, al que antes se calificaba de extremista, de actuar con tibieza.
La punta de lanza de lo que sería la posición del bloque, por más que en su declaración conjunta se hablaba sólo de garantizar una baja de precios en los altos costos de las telecomunicaciones, la lanzaría Bestel, una filial de Televisa. Según ello la firma estaría dispuesta a no cobrar la interconexión de las llamadas de los usuarios de Telcel, a cambio, naturalmente, de un trato recíproco.
Al camión se subiría de inmediato otra de las compañías en el bloque denominado Tucotel (Todos Unidos contra Telcel), es decir Axtel-Avantel. No le cobramos a Telcel si ella hace lo propio, lo que generaría, según ello, ahorros por 73 mil 500 millones de pesos. Naturalmente, la firma colocada en la picota se lanzó ayer al contraataque, descalificando a sus detractores y rechazando la posibilidad, bajo el justificante de una colosal inversión realizada para tejer sus redes.
La contraofensiva fue inusualmente ruda:
- Se trata de empresas caracterizadas por un pobre ritmo de inversión en México, algunas de ellas inclusive en proceso de concurso mercantil, que se unen para no pagar los servicios que les presta Telcel por carecer de infraestructura propia.
- Para poder ofrecer mejores servicios, calidad y tarifas, no se requiere de comunicados de prensa, sino de inversión no condicionada para desplegar redes con tecnología de punta, como la de Telcel, en todo el territorio nacional. Es condición común entre los firmantes el no tener obligaciones de inversión y cobertura social en sus títulos de concesión, y buscar siempre acceso gratuito a la red de Telcel.
- Diferentes empresas entre las firmantes, destacando Axtel-Avantel y Marcatel, pagan desde 2008 tarifas de interconexión inferiores a las establecidas por Telcel, sin trasladar el beneficio a los usuarios. Es por esto que las reducciones en interconexiones que iniciaron a iniciativa de Telcel desde 2008, y que en conjunto suman más de 65%, no se ven reflejadas en las tarifas que pagan los usuarios de esas empresas.
¡Pácatelas!
De acuerdo a una carta enviada al Congreso, concretamente a la Comisión de Comunicaciones y Transportes, por la Comisión Federal de Competencia, si la tarifa de interconexión móvil aplicada en México bajara al promedio de los países integrados a la OCDE en el esquema "el que llama paga", los precios en telefonía móvil y fija se reducirían en 18.3% y 9.4%.
Sin embargo, de acuerdo a la propia misiva, se recomienda a la Comisión Federal de Telecomunicaciones convocar a un grupo de expertos independientes de reconocido prestigio internacional para plantear una propuesta de tarifa de interconexión móvil calculada conforme al módulo de costos elaborado por el organismo.
El problema, naturalmente, es la velocidad reclamada para destrabar un conflicto que pudiera provocar daños irreversibles a una y otras empresas. Por lo pronto, en otro insólito, se podría dar el caso de que Telcel y la Telefónica México, es decir, Movistar, se integraran en un frente común de cara a la ofensiva del Tucotel. El magnate Carlos Slim del brazo y por la calle del ex secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, en olvido de viejas rencillas. Milagros de una guerra con obuses a la cabeza.
BALANCE GENERAL
Finalmente, como le habíamos anticipado en este espacio, la Secretaría de Economía, a presión de la de la Defensa Nacional, invalidó la compra por parte del consorcio estadounidense Brink's, del Servicio Panamericano de Protección, empresa de trasladó de valores que tenían 11 bancos, entre ellos Santander, Bancomer y Banamex.
La vela en el entierro de la Defensa era la preocupación de dejar en manos extranjeras el mando de un ejército de 6 mil custodios armados.
Ahora que el punto fino es que de acuerdo a la Ley de Inversiones Extranjeras está vetado al capital foráneo tener mayoría en empresas transportistas.
El asunto prendió los focos rojos en el Congreso, uniendo a panistas, priistas y perredistas contra el absurdo.
De hecho, se envió más de un exhorto al secretario de Economía, Bruno Ferrari, para anular el contrato.
MÁS TELMEX-TELEVISA
En otro capítulo del toma y daca entre Televisa y Teléfonos de México, por más que sus presidentes, Emilio Azcárraga y Carlos Slim, se reunieron en la inauguración del nuevo Museo Soumaya, está saliendo a la arena el caso Bestel.
Estamos hablando de la filial del consorcio televisivo que ganó una licitación para instalar una nueva red interna de comunicación en el ISSSTE. El concurso, impugnado por Axtel al considerar que sus bases se confeccionaron como traje a la medida de Bestel, se desahogó hace un año, con la novedad de que la firma no cumple aún con su cometido. El caso es que, de acuerdo a Televisa, la omisión se debe a argucias de Telmex para no integrar la red anterior a la nueva.
Sin embargo, ésta arguye que la firma no tenía infraestructura para prestar el servicio, y que el ISSSTE le favoreció al otorgarle el contrato en un precio de 419 millones de pesos mayor al ofrecido por ella, a quien se descalificó, por razones técnicas inexistentes en las bases. Telmex asegura que reportó la anomalía a la Secretaría de la Función Pública, y que su red sigue prestando el servicio pese a que no se le ha pagado un centavo en un año.
¿NO QUE NO?
Negado a los cuatro vientos por el Gobierno el que la creciente inseguridad en el país, derivada de la expansión hacia el abanico total de delitos de las bandas de narcotraficantes, esté afectando a las inversiones, hete aquí que la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios sostiene lo contrario.
De acuerdo al organismo encabezado por Adán Larracilla Márquez, el flagelo ha inhibido la posibilidad de 30% de las apuestas planeadas en el sector.
Sólo el año pasado se dejaron de invertir 240 mil millones de pesos en casas, oficinas, bodegas, centros comerciales, edificios de departamentos y desarrollos inmobiliarios.
