La comunidad internacional tomó nuevas medidas para aislar a Libia el miércoles, cuando Francia solicitó a la Unión Europea que aplique sanciones y Perú cortó las relaciones con el régimen de Moamar Gadafi tras la condena del Consejo de Seguridad de la ONU a la represión de los manifestantes.
Por su parte, el canciller italiano Franco Frattini consideró "creíble" la cifra de 1.000 muertos en Trípoli, tal como han informado los medios de prensa de la ex potencia colonial. En un discurso ante el parlamento, Frattini dijo: "la cifra trágica será un baño de sangre".
El presidente francés Nicolas Sarkozy planteó el miércoles la posibilidad de cortar todos los vínculos económicos y comerciales entre la UE y el país norafricano.
"La prolongada represión brutal y sangrienta de la población civil libia es repugnante", dijo Sarkozy en un comunicado. "La comunidad internacional no puede seguir siendo un espectador de estas violaciones masivas de los derechos humanos".
Perú anunció el martes por la noche la suspensión de las relaciones diplomáticas con Trípoli y que pedirá al Consejo de Seguridad que imponga una zona de veda de vuelos en el espacio aéreo libio para "con el objeto de impedir el uso de los aviones de guerra contra la población".
En una declaración en el cibersitio del presidente Alan García, se declaró la suspensión de la relación diplomática con ese país "en tanto no cese la violencia en contra del pueblo".
El ministro del Exterior alemán Guido Westerwelle dijo que las sanciones serán "inevitables" si el régimen libio sigue reprimiendo con violencia. "Hay mucho acuerdo con los socios de la Unión Europea. Si continúa la violencia, todos en Europa sabrán que esto no puede quedar sin respuesta".
En Madrid, la canciller Trinidad Jiménez dijo: "Un líder político que ha decidido bombardear a sus propios ciudadanos ha perdido toda legitimidad" para seguir conduciendo su país.
Las embajadas libias en Viena, Praga y Bratislava se sumaron a otras misiones diplomáticas que se han distanciado del gobierno de Gadafi al condenar el uso de la violencia. "¡Viva Libia libre!", dijo la embajada libia en la capital checa en un comunicado.
El Consejo de Seguridad de la ONU deploró el martes la represión y exigió el cese inmediato de la violencia.
En un enérgico mensaje a Libia de sus vecinos, la Liga Arabe prohibió a Trípoli asistir a sus reuniones mientras continúa la represión y calificó el uso de fuerzas militares contra los manifestantes de "violación grave" de los derechos humanos y el derecho internacional.
