EL beisbol es un deporte tan formidable que el peor juego en la historia de las Series Mundiales por infinidad de errores infantiles se convirtió en uno de los más sensacionales en la historia del clásico, con los Cardenales recuperando el cartel de "equipo del destino" al venir de atrás dos veces, en novena y décima entradas, para terminar ganando con un cuadrangular de irse caminando por Dave Freese en el cierre del inning 11.
Aun en este jonrón decisivo el destino estuvo del lado de los Pájaros Rojos, ya que Freese debió haber recibido la base por bolas para comenzar el cierre del onceavo, pero el ampayer se equivocó y al cantar strike lo que era la cuarta bola, fue cantada como primer strike. La cuenta se fue a 3-2 y después de un faul vino el jonrón decisivo por todo el jardín central.
Tanto en la novena como en la décima los Rangers estuvieron a un strike de ser campeones totales, pero les falló su gran cerrador Neftalí Féliz que en el noveno recibió triple del mismo Freese que produjo las dos del empate.
Y en la décima, otra vez con dos de ventaja, los Rangers vieron evaporarse el título con un hit de Lance Berkman después de una base intencional a Albert Pujols.
El manager Ron Washington desafió el librito beisbolero al dejar que su pitcher derecho, Feldman, se enfrentara al zurdo Berkman, pero Pujols es Pujols.
Tony LaRussa se sacó la espina del quinto juego en que quedó en la picota del ridículo con todo y la equivocación telefónica. El manager de San Luis colocó a Berkman de cuarto bat en lugar de Holliday y el movimiento pagó dividendos en exceso cuando el ambidextro empujó el empate en la décima.
