Italia quiere estar 'en primera línea' en la reconstrucción de Libia, aseguró el canciller Franco Frattini, mientras empresas italianas buscan mantener los contratos millonarios que habían firmado con el ex líder libio Muamar Gadafi.
Roma quiere ser protagonista de primer nivel en la reconstrucción de la nación norafricana tras la muerte de Gadafi, ocurrida la víspera, aseveró el canciller italiano en declaraciones al diario local La Nazione.
De acuerdo con Frattini, tras la declaración oficial de la liberación de Libia -prevista para mañana sábado-, se pasará a la formación del nuevo gobierno, lo que permitirá 'tomar decisiones'.
En juego hay miles de millones de dólares y de acuerdo con empresarios italianos que ya se encuentran en Trípoli, los contratos relativos a la infraestructura de emergencia, como la reactivación de las redes eléctrica, de alcantarillado o hídrica está detenida en espera de un gobierno interino.
Por su parte, las autoridades del Consejo Nacional de Transición (CNT) de Libia han confirmado que respetarán los contratos firmados antes con empresas italianas, que tienen un papel de primer plano en la economía de Trípoli.
Según datos oficiales, en 2010 Libia fue el primer proveedor de crudo de Italia (cubrió el 25 por ciento de sus necesidades) y se colocó como su cuarto vendedor de gas.
El grupo energético italiano Eni fue hasta febrero pasado el mayor operador internacional en la nación africana, con una extracción diaria de 270 mil barriles de crudo y con casi todos sus contratos vigentes hasta 2042.
De acuerdo con el diario económico Il Sole 24 Ore, el Eni ya ha logrado reactivar algunos importantes yacimientos de crudo, como los pozos de Abu-Attifeel, al sur de Bengasi, de los que estaría extrayendo diario 32 mil barriles.
Asimismo, la reactivación a inicios de octubre del gasoducto Green-Stream, que conecta a Mellitah (Libia) con Gela (Italia), debería garantizar el suministro a Roma, por lo menos hasta la primera fase del invierno, dijeron portavoces del grupo italiano.
Precisaron que por el momento ese gasoducto funciona a un quinto de su capacidad, aunque en noviembre podrá trabajar hasta en un 70 por ciento.
El intercambio entre los dos países hasta antes del inicio de la revuelta que acabó con Gadafi -en febrero pasado- estaba estimado en 40 mil millones de euros (más de 53 mil millones de dólares).
En 2008, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, firmó con Gadafi un histórico acuerdo amistoso, que puso fin a décadas de contenciosos.
Berlusconi aceptó pedir disculpas a los libios por la ocupación colonial de la primera mitad del siglo XX, mientras Gadafi se comprometió a detener el flujo de ilegales que partía desde las costas del país africano hasta Italia, a cambio de inversiones italianas por miles de millones de dólares.
Gracias a la amistad entre Berlusconi y Gadafi, el Eni logró el año pasado una ampliación de 25 años en las concesiones 'in situ' a cambio de inversiones millonarias.
Frattini indicó a la prensa que el gigante de la industria aeroespecial y de defensa Finmeccanica ya abrió su fábrica de helicópteros AgustaWestland en Libia.
Finmeccanica firmó con el gobierno de Gadafi contratos por mil 750 millones de euros, al tiempo que la constructora Impregilo se adjudicó concesiones por otros mil millones.
Pero además de los grandes grupos, en Libia también hay instaladas 130 pequeñas y medianas empresas italianas, con un total de 600 empleados, según datos del Instituto de Comercio Exterior (ICE) del país europeo.
En el frente financiero, Gadafi y su familia poseían el 2.0 por ciento del capital del grupo Fiat, el 7.0 por ciento del banco Unicredit, el 2.0 por ciento de Finmeccanica y el 7.5 por ciento de la sociedad futbolística Juventus, entre otras.
La duda es qué sucederá ahora con esas participaciones, aunque algunos analistas temen que Italia se vea penalizada en la reconstrucción debido a su ambiguo papel frente a Gadafi, quien todavía en 2010 fue recibido en Roma por Berlusconi con grandes honores y besamanos.
