Turismo sexual. Quintana Roo se encuentra entre las entidades con mayor problemática por la trata de personas. La explotación sexual dirigida al sector turístico es visible a través de ofertas de paquetes de viajes que incluyen servicios sexuales.
Los estados con mayor índice de trata de personas son Quintana Roo, Yucatán, Jalisco, Chiapas, Oaxaca y Guerrero, que están entre las 18 entidades del país que concentran 90% de dicho fenómeno delictivo a nivel nacional, reveló un informe de la Procuraduría General de la República (PGR), citado en el estudio La Trata de Personas en el Sector Turístico.
Dicha investigación fue encargada por la Secretaría de Turismo (Sectur) al Observatorio de la Violencia de Género de la Universidad del Caribe (Unicaribe), con sede en Cancún, Quintana Roo, como parte de una estrategia nacional de atención al tema de trata en los principales centros turísticos de México.
El análisis abarcó Acapulco, Guerrero; Puerto Vallarta, Jalisco; Cancún y Riviera Maya, Quintana Roo. Lo dirigió Celina Izquierdo Sánchez, del Observatorio, y la consultora Redes Turismo, representada por Marisol Vanegas.
Vanegas explica que la explotación sexual dirigida al sector turístico es visible aquí a través de ofertas de paquetes de viajes que incluyen servicios sexuales. Es un negocio clandestino, pero opera en establecimientos aprobados y regulados por la autoridad, como son las casas de masajes, centros que ofrecen servicios de escorts (acompañamiento) de hombres y mujeres de negocios; bares y table dance.
Las víctimas son mexicanas originarias de localidades rurales y urbanas pobres; también mujeres extranjeras, de Latinoamérica o Europa.
"Nacionales y extranjeras son atraídas y retenidas con engaños y promesas de trabajo falsas. Para retenerlas, el sistema involucra (sic) contraer altas deudas de viaje generadas, compromisos 'morales' con los familiares y personas que las insertan en la red; retención de documentos y amenazas".
Es frecuente que las obliguen a ingerir alcohol y drogas como medio para facilitar su sometimiento y, en el caso de los servicios sexuales de menores, se ofrecen vía Internet, a través de catálogos, pero también en periódicos locales, disfrazados de anuncios.
Los enganchadores -que son empleados de bares, trabajadores de hoteles, taxistas y "representantes"- se valen de diferentes vías para conectar a sus clientes, ya sea residentes y turistas nacionales o internacionales.
Los tratantes son personas con motivaciones vinculadas al ejercicio del poder, tanto económico, como de sometimiento a menores de edad y personas vulnerables, a quienes consideran una mercancía, refiere.
"Son generalmente pederastas con deseos de poder y sometimiento de personas vulnerables; consumidores habituales y ocasionales que atienden la promoción de la oferta 'fácil'", explica.
ROBAN LA HISTORIA PERSONAL Celina Izquierdo, del Observatorio de la Violencia, ahonda en los factores que propician el caer en las redes de trata: "Encuentra aliento en la pobreza, en la escasa o nula escolaridad de las víctimas; en la carencia de alternativas laborales y la necesidad de recursos económicos, así como en las condiciones de atraso social y económico".
También -dice- en la permisividad, participación, indolencia y silencio de la sociedad y de sus autoridades, aunado a un clima de promiscuidad y tolerancia. "A niveles más profundos se encuentra un entorno familiar agresivo y carente, tanto en lo económico como en lo moral, así como las familias disfuncionales y la pérdida del rol protector de la familia".
La académica afirma que la trata de personas violenta todos los derechos del individuo y por ello se le equipara al de una "moderna esclavitud".
"Quizá lo más terrible que le sucede a una víctima de trata es que les roban su historia. Las sacan de sus lugares de origen o las coaccionan a salir de ellos, para trabajar en un sitio en donde les roban sus documentos, les cambian el nombre, las transforman en otras personas. Las vuelven adictas a drogas y al alcohol para compensar su falta de afecto. Y ahí, son víctimas de otro tipo de vejaciones, pero al final, les roban su historia y también su futuro".
INVOLUCRADO EL CRIMEN ORGANIZADO El reporte revela, entre otras cosas, que una de las principales modalidades del delito de trata de personas en Cancún, es la de las redes de mendicidad, que aquí explotan a indígenas provenientes de Chiapas para pedir dinero en las calles de esta ciudad y en las playas de la zona turística.
"Operan en Cancún redes de hasta 200 integrantes entre vendedores de artesanías, de dulces, mendigos, involucrando desde bebés de tres meses de edad, hasta ancianos de más de 75 años", indica el reporte.
Los tratantes aprovechan la vulnerabilidad, indefensión y carencia de redes de apoyo de los migrantes chiapanecos, quienes llegan aquí en busca de empleo y mejor calidad de vida.
De acuerdo con los investigadores que ubicaron toda una red de trabajo forzado o "trata de migrantes", las víctimas son sumadas a las filas de la mendicidad. Existen tres grupos: indígenas, discapacitados y ancianos.
En esta actividad de explotación, equiparada con la antigua esclavitud, están involucrados grupos de la delincuencia organizada que utilizan a dichos grupos como "vendedores ambulantes" y narcomenudistas.
'YO NO ESTOY EN VENTA' El estudio también sirvió como base de la campaña "Yo no estoy en venta", lanzada meses atrás por el Centro de Atención Integral de la Mujer Maltratada, que dirige la activista en Derechos Humanos, Lydia Cacho Ribeiro. La campaña busca evitar que infantes, adolescentes y jóvenes que radican en Cancún, Riviera Maya y Chetumal caigan presas de las redes de trata, dotándoles de herramientas para blindarlos de ser "enganchados", sobre todo a través de las redes sociales, fenómeno que cobra fuerza y al que se le conoce como growling.
"Otra de las metas es, que si ya cayeron, sepan a quiénes acudir y qué hacer para salir de la problemática", subraya la también periodista, quien advierte que Quintana Roo ocupa la primer posición entre los estados que concentran 90% del fenómeno de trata de personas, por encima de Yucatán, Jalisco, Chiapas, Guerrero y Oaxaca.
Uno de los recursos para advertir a las y los menores sobre el riesgo en el uso inadecuado de las redes sociales es un video cuyo guión fue elaborado por jóvenes, en el que se explica cómo se trafica con mujeres provenientes de Argentina, Colombia, El Salvador, Estados Unidos o Croacia.
Se les explica cómo se les engancha a través de ofertas de trabajo publicadas en periódicos locales o mediante el Facebook y que los pederastas o consumidores cada vez exigen que sus víctimas sean más jóvenes.
México es un 'foco rojo'
En la trata de personas
De sur a norte México tiene corredores de trata de personas considerados por organismos no gubernamentales "paraísos" para el comercio de seres humanos.
Lo que se conoce como una nueva forma de esclavitud tiene como principales aliadas a la complicidad y la corrupción de autoridades federales, estatales y municipales, que brindan protección a los tratantes y lenones que operan redes de prostitución, cuyos tentáculos se extienden desde América Central hasta Estados Unidos.
Mujeres y niñas que un día son explotadas en la zona de La Merced, en la capital del país, aparecen al otro en áreas de prostitución en Puebla y Tlaxcala. Cuando las autoridades de un estado realizan operativos en contra de la trata, las redes criminales desplazan a sus víctimas a otras entidades aledañas donde el cobijo de la corrupción les permite seguir con la explotación.
Una investigación auspiciada por el Departamento de Estado de Estados Unidos encontró sólo en Baja California 5 mil células de tratantes de personas. En esa entidad Tijuana, Mexicali y Tecate son consideradas el triángulo forzado de la prostitución.
La investigación documentó que la mayoría de las mujeres que son sometidas a explotación sexual fueron secuestradas de estados como Guanajuato, Puebla, Tlaxcala y Oaxaca.
Para la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, México es un punto estratégico en el mapa regional del comercio de personas.
La cadena engancha a centenares de jóvenes centroamericanas y las traslada a México en complicidad con redes de traficantes del sur del país. Muchas se quedan en México y otras son enviadas a Estados Unidos.
"Vivo sola desde los 15 años. Me salíde mi casa y tenía muchos gastos. Se me vino el mundo encima. Me dijeron que como modelo iba a ganar mucho dinero", recuerda.
'Dijeron que de edecán ganaría mucho'
Cancún fue su estreno. Bonita aunque muy demacrada. Joven, pero con cuerpo de púber. Le "jala" a la cocaína "para aguantar", mas no es adicta. Carece de esperanza sobre el destino de México, al que odia, pero alberga sueños acerca de su propio futuro.
Confiaba en el Ejército Nacional hasta que vio cómo un grupo de militares entró a un table-dance localizado en la zona Centro de Monterrey.
Esos miembros del Ejército arrinconaron a los clientes, desnudaron a las mujeres y, en tumulto o por separado, las sometieron en escaleras, pasillos y habitaciones.
"Pensé que iban a ayudarnos, pero llegaron a violarnos a todas. Es feo porque se supone que ellos están para ayudar y nos chingaron". Ella "la libró", la dejaron ir, ilesa.
Con apenas 19 años, esta joven de ojos enormes y lánguidos, sabe de lágrimas y de dolor. Un padrastro violento, que la humilló y la vejó desde su infancia. Una madre que lo permitió y que sólo la presiona para que le envíe dinero, sin que importe ya el origen. Sin que le importe ella.
Un embarazo a los 17 años, cuyo producto perdió cuando el hombre de 25 con quien vivía, pateó fuertemente su vientre una y otra vez. El aborto fue inmediato.
Con todo y eso también sabe sonreír. No sólo lo hacía cuando fingía frente a un cliente, también lo hace cuando alguien tiene un gesto de humanidad con ella.
Es genuina, directa. Sabe más de traiciones que de ternuras y, dentro de su mundo de infinitos peligros, dice, sólo le aqueja un miedo: la soledad. Se dice desencantada del mundo, pero aún conserva un aire de inocencia en la sonrisa.
También mantiene un par de ilusiones. Una de ellas es casarse de blanco porque, considera, "el matrimonio es sagrado". La otra es tener un hijo.
Entonces una conocida la contactó con una "agencia de edecanes" que opera en Monterrey. Ahí le tomaron varias fotos, las enviaron a las oficinas en Cancún, le ofrecieron mil 200 pesos de sueldo por día, más lo que ella pudiese sacar "como edecán"; le aseguraron que le reembolsarían el boleto de avión y que en este centro turístico las hospedarían en un departamento de lujo, en la zona hotelera.
La realidad fue otra: la llevaron a una suerte de cuartería en una zona popular de la ciudad, lejos de la suntuosa zona hotelera, y no le devolvieron el dinero del boleto de avión.
Después se encontró con que su función no sería la de edecán ni la de modelo, tampoco la de hostess: el tratante que enganchaba a todas las chicas que llegaban ahí -un tipo de 35 años- la "estrenó".
"No tenía para regresarme a mi casa", recuerda.
Esa misma noche tuvo su iniciación como bailarina.
Atendió a su primer cliente, pero no tuvo sexo con él.
"Ese día tuve mucho miedo. Me daba no poder bailar bien. Cuando me quité la ropa casi me daba un infarto. No quería, pero me lo exigieron y me gritaban que lo hiciera.
Dice que siempre sintió temor de irse con un cliente y que le pase como a una amiga que se fue con el capo y terminó asesinada al igual que él.
Esta chica que creció en un hogar en extremo violento, que estudió hasta la preparatoria, que huyó de su casa para evitar maltratos y los halló también con su pareja, odia a México.
"Odio a mí país y quisiera no vivir aquí. Todos somos corruptos, hay demasiada inseguridad; me avergüenzo de México, no le veo sentido como país y no creo que pueda ser rescatado por nadie. Aquí no hay salvación", reprocha.
Tipificación
⇒ El Protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, especialmente de mujeres e infantes (2003), explica que comete ese delito quien promueva, solicite, ofrezca, facilite, consiga, traslade, entregue o reciba, para sí o para un tercer, a una persona por medio de la violencia física o moral, engaño o el abuso de poder para someterle a explotación sexual, trabajos o servicios forzados, esclavitud o prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o a la extirpación de un órgano, tejido o sus componentes.
⇒ Entre las variantes del delito de trata están la explotación sexual comercial infantil, la prostitución forzada, la explotación laboral y las redes de mendicidad y servidumbre.