Un goleador charrúa con los pies en la tierra

Jugó en una selección juvenil antes que en un club. Le dijo que no al Atlético de Madrid y en Uruguay ya lo comparan con Diego Forlán.

Así podría resumirse, a grandes rasgos, la corta pero prolífera carrera del atacante Juan Cruz Mascia, la principal carta de gol que presentará Uruguay en la Copa Mundial Sub-17 de la FIFA México 2011.

Su historia cobró notoriedad luego de consagrarse máximo artillero del torneo sudamericano de la categoría el pasado mes de abril en Ecuador. Desde ese momento su nombre se instaló en los medios uruguayos, toda una novedad para él. "No me abruma, pero sí me resulta extraño. Pasé de la nada a salir en los diarios, que me llamen de programas de radio y televisión... Es algo nuevo, pero yo sigo con mi vida normal", dice Cruz.

Su tranquilidad sorprende al principio, pero basta con conocer los pequeños rasgos de su vida para armar, como un rompecabezas, la personalidad de un joven centrado, que hasta los 14 años también se destacaba en tenis, rugby y en las pruebas de velocidad del atletismo.

Una persona, sin embargo, siempre supo que iba a ser futbolista: "¡Mi abuela! Yo tendría 5 años cuando me vio jugando al futbol durante un cumpleaños y desde ese día me dijo que iba a dedicarme a esto".

Aquella predicción comenzó a tomar forma en 2008, cuando su actual entrenador de la Sub-17, Fabián Coito, lo vio jugando en una liga universitaria y lo citó para la Sub-15 que se preparaba para el Sudamericano del año siguiente.

Al mismo tiempo, las condiciones del por entonces volante ofensivo llamaron la atención de Pablo Forlán, el papá de Diego, quien le consiguió una prueba en el Atlético Madrid.

Lo que siguió después lo narra Juan. "Fui con mi mamá, me probé en una categoría más grande y quedé. Volví en enero de 2009 y, cuando estaba por firmar, me di cuenta de que iba a vivir solo; eso no me cerró. Entonces, me volví. Y nunca me arrepentí".