Con un lenguaje sencillo, Valdés retrata historias cotidianas de vecinos con familias disfuncionales, y parejas que se separan cuando la ambición es más fuerte.
Como escritor (Javier Valdés) tenía una gran capacidad de trabajo, escribía tres o cuatro páginas al día pero le quedaban perfectas, era muy perfeccionista. Laura Esquivel, escritora.
¿Qué es normal en el comportamiento del ser humano?, ¿en realidad lo aceptado por la sociedad es lo correcto?, ¿todos tenemos un lado oscuro que pocas veces o nunca exploramos? Estas son algunas de las preguntas que surgen al terminar de leer un libro que lleva por título Gente como nosotros, de Javier Valdés.
En la contraportada del volumen se lee: Los cuentos de Javier Valdés son portadores de un humor ácido y corrosivo, acorde con una sociedad cada vez más compleja y cruel. Mujeres especiales, hombres cínicos y temerarios, además de uno que otro psicópata son los personajes que componen esta colección de retratos sociales y fábulas urbanas que el autor hilvana con delicada violencia.
Los relatos de Valdés no están a nivel de textos de Carlos Fuentes o Julio Cortázar, pero son historias que logran atrapar, mantienen la atención y sobre todo provocan placer en el ejercicio de la lectura. Incluso la sencillez era una de las premisas que el nativo de la Ciudad de México buscaba en sus obras.
Me parece que hoy día muchos autores se empeñan en enredar al lector o al público cinéfilo. Cada día veo que existe una intención mayor de complejidad, y en mi caso me gustan las cosas cada vez más sencillas, aunque para hacerlo sencillo y con cierta profundidad es muy complicado, declaró en una entrevista publicada por La Jornada en diciembre de 2007.
IRÓNICO Y FAMILIAR
Gente como nosotros fue publicado originalmente en 1997 bajo el título de Cuentos para baño. El libro se reeditó en 2007 (en Punto de Lectura) e incluye seis narraciones, las cuales van desde el suspenso pasando por el erotismo, y que tienen como característica principal la ironía, pero que a la vez funcionan como un espejo, ya que en sus páginas habitan muchas personas ‘comunes y corrientes’.
Sobre el texto en una página de Internet dedicada a la venta de libros se lee en inglés: Humor negro y muy entretenido, los relatos de Javier Valdés se insinúan en el lector desprevenido como una mezcla embriagadora con una falta extraña. De las hazañas de un vigilante urbano a los placeres eróticos que se exigen de un amor no correspondido, de un tesoro oculto y peligroso para una familia que aporta un nuevo giro a las relaciones entre vecinos, Gente como nosotros está sazonado con irreverentes apropiaciones de los autores favoritos de Valdés y los directores -como Stephen King y Martin Scorsese- mientras éste le da una gama única de las criaturas urbanas fascinante y desgraciada.
Los cuentos tienen como común denominador presentar la complejidad del ser humano, cuya naturaleza es impredecible y en cualquier momento, a pesar de los valores, se pueden cometer los peores errores bajo el influjo de la pasión. También está la otra cara de la moneda, la de la prostituta y el alcohólico que se redimen a causa del amor.
Con un lenguaje sencillo, Valdés retrata historias cotidianas de vecinos con familias disfuncionales, y parejas que se separan cuando la ambición es más fuerte. Vaya, es una especie de menú de los pecados capitales a los que estamos más expuestos.
¿Y QUIÉN ERA JAVIER VALDÉS?
Aunque a primera instancia el nombre de Javier Valdés pudiera no sonar familiar, su obra es bastante conocida en el país, ya que en 2002 publicó la novela Asesino en serio, la cual fue trasladada al cine ese mismo año bajo la dirección de Antonio Urrutia, llevando en los roles estelares a Jesús Ochoa y a Daniel Giménez Cacho. Su adaptación del guión le valió a Valdés a una nominación a los premios Ariel.
Antes de entrar al mundo de la literatura, Javier fue un reconocido odontólogo. Su primer libro fue editado por Consuelo Sáizar, actual presidenta del Conaculta. En 1995 se casó con Laura Esquivel, la prestigiosa autora de la novela Como agua para chocolate.
En octubre de 2009, a la edad de 56 años, Valdés murió víctima de cáncer en el esófago. La enfermedad le había sido detectada apenas en septiembre. A su lado, no podía dejar de reír, tenía un humor muy incisivo, pero al mismo tiempo te hacía armonizar; era muy generoso y amoroso. Trajo a mi vida mucho aprendizaje, me llenó de dicha, era gentil y solidario, expresó su viuda en el velorio, de acuerdo a una nota publicada por La Jornada. Por voluntad del propio escritor, sus cenizas quedaron bajo la custodia de Esquivel.
Gente como nosotros es una obra bastante recomendable, especialmente para aquellos que no tienen aún muy fuerte el hábito de la lectura. En sus páginas encontrarán historias con las que les será fácil identificarse, o bien a través de ellas recordarán a algún conocido que exhibe su lado oscuro, el cual no es muy ajeno al de todos; finalmente, el mundo está lleno de gente como nosotros.
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