Tres hombres, sólo tres, fueron claves en la nueva derrota del Santos Laguna en la casa que antes fuera del dolor ajeno y que hace tiempo está convertida en el paraíso de equipos visitantes, incluso metidos en problemas de descenso como el Querétaro, que ganó ayer dos goles a cero.
El primer artífice del triunfo fue el técnico uruguayo Cristian Gustavo Matosas, quien después de la goleada de cinco a cero que le propinara Toluca, todo mundo señalaba como nuevo técnico, al que le cortaría la cabeza, pero ocurrió lo contrario, lo respaldaron y él corrió a los que le estorbaban.
Y ayer, a su directiva le demostró que tenía la razón pues los que se quedaron lucharon bien plantados para ganar aquí con facilidad. Los otros dos fueron Isaac Acuña, autor del primer gol de vestidor, y este mismo jugador que le dio el pase a Carlos Bueno para que anotara el segundo y definitivo.
Ya en el medio tiempo la gente, al reconocernos, nos pedía exigiéramos la salida de Romano, pero sabemos que no pasará nada porque el técnico tiene el apoyo total de una directiva que tarda en tomar decisiones importantes hasta que el mismo técnico se corta el solo la cabeza con sus actitudes.
Y mire que ya es preocupante lo que ocurre en Santos Laguna, sobre todo cuando en el equipo la gente de peso se pone a querer vivir del pasado y se mete fuerte con una afición que sigue casi llenando un estadio, a pesar de los pesares, fiel, pero exigiendo buenos resultados.
Hay gente que no aporta nada, como Lacerda, el mismo Ludueña, mientras que otras no acaba de entrar en ritmo, como Oribe Peralta y hasta el mismo Darwin que corre pero pronto le quitan el balón. Querétaro anotó pronto, se echó hacia atrás y anuló por el centro a Santos.
Mruelas@elsiglodetorreon.com.mx