Cuando regresamos de Sudáfrica, después de haber asistido al último Campeonato Mundial de Futbol, entregamos a Alejandro Irarragorri, presidente de Santos Laguna, la pequeña figura de una jirafa, diciéndole, no sólo es un recuerdo de África, sino un emblema para nosotros.
Y es que en casa, desde niños, nos ha dado por coleccionar figurillas de este bello animal, de cuello largo e impresionante. Y al mandamás del equipo de la Comarca le platicamos una anécdota personal, que nos ayudó a definir mucho de lo que haríamos, si queríamos triunfar en la vida.
Resulta que como éramos flacos y pescuezones, los compañeros de la escuela nos empezaron a llamar "Gelo la Jirafa". Eso nos enojaba y un día nos dimos de moquetes con el más inquieto y sarcástico de nuestros compañeros. Llegamos a casa tundidos y mamá se quedó asustada.
Tuvimos que explicarle el motivo de una pelea y ella riendo nos dijo: Andas mal, las jirafas son animales hermosos y el día que las conozcas te sentirás orgulloso de ellas y dejarás de enojarte y no deberás andarte peleando por lo que digan o hagan los demás.
En esta casa, muy temprano empezamos barriendo y un día, su dueño, Don Antonio de Juambelz, nos llamó para darnos el puesto más alto al que puede aspirar un empleado y nos dijo: Te lo ganaste por tu forma de trabajar , sabes escuchar, mandar, qué te pueden enseñar si aquí naciste. No lo defraudamos.
De esto nos acordamos, señor Alejandro Irarragorri, el día que vimos a Rubén Omar Romano haciendo señas obscenas a un público compuesto por niños, mujeres, hombres. También la noche del martes cuando Diego Cocca sufría su primera derrota como técnico Santista y cuando ayer leíamos sus declaraciones de por qué corrió a Romano.
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