No sabemos qué tan grande sea el compromiso que la directiva del Santos Laguna tenga con el inexperto técnico argentino Diego Cocca, porque lo cierto es que este señor no ha podido cargar un paquete grande y pesado que le entregaron de la noche a la mañana y anoche tuvo su enésima derrota.
Y así podrán seguir las cosas porque el señor recién desempacado sigue sereno, sin inmutarse mucho, mientras que en la afición la desesperación va en aumento y ayer ya mostró su falta de apoyo no asistiendo a un bello estadio que casi lo llenaba, jugara quien lo hiciera.
A la defensiva, ante Monarcas, Santos mejoró un poco, con salvadas milagrosas de Felipe Baloy y Jaime Toledo, pero a la ofensiva sigue más chato que Juan Pablo Rodríguez, donde ni Benítez, ni Peralta, ni Ludueña y mucho menos Darwin Quintero han podido hacer daño para ganar.
Porque en la última victoria santista, conseguida el 12 de febrero en el Jalisco y ante el Atlas, los goles fueron de Fernando Arce, ahora lesionado y fuera ya de este torneo y de Juan Pablo Rodríguez de penal, y de ahí para acá puras derrotas, dentro del Torneo de Concacaf y de liga.
Santos juega en ratos bien, pero al final de los partidos se le ve falto de condición física, y tan cansado, que el rival, que lo ha esperado con atención y cautela mete el acelerador y gana los partidos, pues el sistema "cocacolero" no funciona y como dijo don Teofilito.
Así que la solución no está en buscar que todos apoyemos al Santos, sino en ver cómo se puede jugar de nuevo como lo hacía el Santos, ganaba partidos y campeonatos, porque los subcampeonatos nunca agradaron a la afición, aunque sí a su directiva.
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