Cuán importante debe ser, en este atardecer, el apoyo del jugador número doce en el nuevo Estadio Corona, que deberá empezar a retomar su mote de tantos años, el de la Casa del Dolor Ajeno, lo que no se había logrado ni con Sergio Bueno, mucho menos con Rubén Omar Romano.
Porque aunque con este último se haya llegado a dos finales, fue apenas un par de chispazos que no dejaron mucha huella en la afición, no así en la directiva, que se mostró satisfecha, menos los fieles seguidores y mucho menos los compañeros de los medios.
Con Diego Cocca por fin se está asomando otra cara, la de los vencedores, y no fue un chiripazo ganarle a Cruz Azul y al Rebaño, mucho menos al Puebla, que se llevó la goleada de la jornada y faltaron todavía un par de pepinos que se guardaron para esta tarde.
El optimismo que reina entre los jugadores albiverdes debe dejarse en los vestidores, para salir a la cancha, desde el silbatazo inicial, en busca del primer gol, el de los llamados de vestidor, que tanto ayudan al que logre anotarlo.
Cocca, que ya debe salir vestido de verde y blanco, habla de utilizar la alineación que ganó a Chivas el crucial encuentro, aunque de última hora podría haber modificaciones en la media y en la delantera, al recuperarse una parte de los muchos lesionados que tiene el equipo.
Y sobre el castigo a Darwin Quintero, no hubo ya modificación, quedando en cuatro encuentros, por lo que vería acción hasta la próxima semana cuando Santos vaya de nuevo a la Perla Tapatía a buscar otros tres puntos ante Estudiantes.
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