Santos Laguna qué ilusionado, al igual que su afición, iba ayer por tres valiosos puntos que le ayudaran a calificar a la liguilla, aprovechando los empates de Monterrey y Chivas, recibió una goleada de 1-3, y los tantos potosinos fueron anotados por un solo hombre.
Ese jugador llamado Wilmer Alexander Aguirre, de quien nos ocupamos aquí apenas el pasado miércoles diciendo que iba por su primer campeonato de goleo en el futbol mexicano, por poco lo logra en un solo juego, el de ayer en el nuevo Estadio Corona.
La zaga lagunera, que había estado funcionando bien en los últimos partidos, se desmoronó ayer, al igual que el arquero Miguel Becerra, quien ni siquiera alcanzaba a santiguarse cuando ya tenía los balones dentro de su cabaña, mientras que la afición seguía apoyando en la tribuna.
Sobre todo al iniciarse la segunda parte, cuando se llevaban ya dos goles en contra y Santos ponía en el paredón de fusilamiento al arquero novato Carlos Alberto Trejo, pero todos los disparos santistas iban directamente a las manos del arquero.
Fue mediante un penal, cobrado con natural maestría por Juan Pablo Rodríguez, con el que el equipo de la Comarca lograría el tanto de consolación, y aunque siguió atacando, ya nada pudo hacer pues la historia estaba ya escrita y Santos y la Comarca casi se han quedado sin liguilla.
Tiempo largo para reorganizar, descansar, irse a la playa a endurecer las piernas y para deshacerse de algunos a los que se les terminó su ciclo por más ganas que le pusieron en la nueva etapa de Diego Cocca. Lacerda, Morales, Becerra y otros más deben emigrar.
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