A lo bueno nos acostumbramos pronto, y eso nos pasó a muchos en la Comarca cuando Santos Laguna dejó de ser el patito feo del futbol mexicano y se metió entre los protagonistas, sin embargo, por unas u otras causas, que mostraremos después, no ha podido mantenerse arriba.
Hoy, a pesar de haber estado en las dos últimas finales, no estará en la liguilla y esto se vio conforme fue avanzando el torneo, lo que se presintió temprano, a pesar de que las esperanzas, acompañadas por los votos fervientes hacia los milagros, fueron la constante.
Lo cierto es que para tener un equipo grande, con un rendimiento más regular, hacen falta todavía muchos factores, que van de arriba hacia abajo. Hay algunas cosas buenas y otras que asoman falta de profesionalismo, especialmente por parte de jugadores.
Caros, muy caros algunos de ellos, que aquí encontraron su mina y que al principio rindieron y después dieron bolita. ¿Quiénes? Agarre parejo, y sólo ponga algunas excepciones, como son los casos de Iván Estrada, Oribe Peralta, José Antonio Olvera y últimamente Rodrigo Ruiz.
Por algo, ayer, el sentido del humor, que no falta en el lagunero a pesar de los pesares, corría la voz de que lo que le falta a Santos hoy día es un medio... ¿de contención y ofensivo a la vez que con cualidades defensivas? Y los mismos que hacían el comentario respondían: pero un medio equipo.
O sea mandar la mitad de los actuales a su casa porque ya se les acabó aquí su ciclo y luego traer gente con capacidad, con hambre de triunfo y no "burócratas" del futbol, que al recibir puntualmente su paga se obligue a darle a la afición lo que espera, triunfos y campeonatos. Del técnico hablaremos después.
Mruelas@elsiglodetorreon.com