Morelia ganó goleando al Cruz Azul, y, muy bien, lo merecía el equipo, sus jugadores, mas no su técnico Tomás Boy, a quien hemos seguido desde sus tiempos de jugador, luego de técnico y de visitante continuo de la Comarca Lagunera, seguramente por cuestiones sentimentales.
Pero siempre hemos estado en desacuerdo con su forma de ver el futbol, donde debe imperar el orden, la disciplina y el respeto a la tribuna. A Tomás Boy eso le vale sombrilla, según el parecer de este servidor que escribe desde que el "Jefe" tenía 16 años de edad.
Y conste que era de nuestros ídolos, lo mismo cuando jugaba para el Atlético Español, el Potosino y sobre todo para la Universidad Autónoma de Nuevo León, cuando fue campeón al lado de grandes jugadores, y donde don Rogelio Cantú era directivo y nos dispensaba su amistad.
Pero Tomás Boy no deja de ser un ser temperamental, que se mortifica, explota y no lo oculta ante la tribuna y las cámaras. Le sigue gustando ser protagonista en los partidos y eso indica que no madura, y como dijo don Teofilito.
Por ello "Tito" Villa, del Cruz Azul, dijo que quien había alterado todo era Boy, con su forma de celebrar cada gol moreliano, encrespando los ánimos. Así que cuando el desadaptado espontáneo saltó a la cancha a saludar a Torrado, todos los azules, encabezados por "Chaco", se le echaron encima.
Y todo lo lamenta Enrique Meza, quien entre líneas da a entender que un equipo para que sea realmente grande tiene que aprender a asimilar las derrotas y no compensar su frustración tirando golpes al primero que espontáneamente acude a felicitarlos.
Mruelas@elsiglodetorreon.com.mx