Viendo la fuerza con la que J.J. Corona, portero del Cruz Azul, utilizó para golpear con la cabeza a Sergio Agustín Martín, preparador físico del Monarcas, nos recordó de inmediato a Baldemar Esgala, aquel brasileño que jugara para el Laguna, la Ola Verde.
Era tanta la potencia que tenía el amazónico al prender el balón con la testa, que en este mismo espacio, allá por los años setentas, lo bautizamos como "El Señor del Mazo" porque entraba con fuerza y al prender el balón con la cabeza, la misma portería contraria temblaba.
Ya son famosos y tradicionales los hechos de violencia que el portero Corona ha venido empleando, ocultando los primeros en parientes, y sin embargo este último no tiene perdón y ha sido expulsado de la Selección, pero debería quedar fuera del futbol organizado.
¿Se imagina el espectáculo que ofrecieron los "dolidos, ardidos y humillados" cementeros al ser goleados y sacados de la liguilla por los enjundiosos monarcas? El tema sigue en boca de los aficionados que condenan, censuran y critican a los azules por su actitud valentona y grosera.
Fuimos testigos de cómo fue creciendo este equipo, incluso varias veces estuvimos en su canchita del Diez de Diciembre donde se inició y poco a poco la Máquina fue convirtiéndose con muchos méritos en uno de los equipos grandes de nuestro futbol.
Por ella desfilaron tantos grandes del balompié, como Miguel Marín, Fernando Bustos, Centavo Muciño, Kalimán Guzmán. Unos ya se fueron y otros han de estar avergonzados de la forma en que ahora humillan el uniforme azul muchos de sus actuales jugadores.
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