Los problemas de corrupción en la FIFA, máximo organismo del futbol mundial, apenas empiezan. A la suspensión decretada contra Mohamed bin Hammam, de Qatar, y Jack Warner, de Trinidad y Tobago, se agregó ayer la denuncia de que el Campeonato Mundial de Futbol, aprobado en diciembre a favor de Qatar, fue comprado.
Esto pone más piedras en el camino de la reelección de Joseph Blatter, quien inicialmente tenía como contrincante sólo al representante de Qatar, Mohamed bin Hammam, ahora suspendido, lo que abriría el camino como candidato solitario, pero ayer varios miembros importantes de FIFA pidieron se suspendieran las elecciones hasta en tanto se aclarara todo.
Y es que hay que conocer los millones y millones de dólares, euros o libras esterlinas, que se manejan en la caja fuerte de FIFA, algo que es muy superior al presupuesto anual que tienen muchos países en el mundo, lo que da idea de la importancia económica que ha alcanzado el futbol, un deporte que en el siglo pasado alcanzó la cúspide en todos los aspectos.
Y es que el futbol bien administrado es un gran negocio, no así cuando quienes lo promueven desconocen los medios y las fórmulas para explotarlo. Ahí está el caso de Alacranes de Durango, que truena como chinampina por no tener, por principio de cuentas una buena administración, la que influyó para no tener un equipo de arrastre.
Y conste que no hace mucho los arácnidos estuvieron a punto de entrar a la liguilla por el ascenso a la Primera División, pero ahí fue donde más falta hizo la visión, el conocimiento y los recursos para salir avante. Ahora Durango volverá a quedarse sin futbol de cierta altura y hasta sin basquetbol, pues el Gobierno del Estado dice que no más gastos ahí.
Y parece que ahora, personas de Gómez Palacio están interesadas en fomentar equipos de Tercera División para irse despacito rumbo a las categorías mayores. Hay que recordar que fue un lerdense, el ingeniero Salvador Necochea, quien con una gran visión compró al Santos y lo fue llevando paso a pasito a la Primera División.
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