Hace pocos días, un estimado amigo que tiene un hijo bueno para jugar al futbol, y que incluso empezó a figurar, llegó a nosotros triste. Acababan de separar a su muchacho del conjunto profesional y él estaba desconsolado. ¿Qué hacer?, nos preguntaba.
Pensando en las tentaciones por las que todos pasamos cuando somos jóvenes, teniendo en cuenta la relativa libertad que le han dado al muchacho y luego las malas compañías, que nunca faltan, buscamos encontrar, no un consejo, que nunca nos gusta dar, pero sí una opinión.
Así que hablamos con nuestro amigo y le pedimos acercarse más a su hijo, no castigarlo pero sí estirarle las orejas, y de una forma inteligente hacerle ver que anda mal, que tiene un mundo por delante y que la lección debe servirle para enmendarse y luego seguir para lo que ha nacido, triunfar en el deporte.
Eso ocurrió, repetimos, hace pocos días. El mismo joven nos buscó para pedirnos disculpas sabiendo lo que hemos luchado para que tenga oportunidades. Ayer, temprano, conocimos de la separación de ocho seleccionados a la Copa América por andar en malos pasos y con muchachas.
Vimos luego a un prudente y sensato Héctor González Iñárritu, coordinador de selecciones, hablando del caso, anunciando para los jóvenes infractores una suspensión de seis meses en selecciones y una multa de 50 mil pesos. Los castigados serán suplidos por otros ocho con facultades.
Israel Jiménez, Néstor Vidrio, Jonathan Dos Santos, Marco Fabián, Jorge Hernández, Javier Cortés, David Cabrera y Néstor Calderón, tendrán que hacer una pausa en su carrera, replanear su vida y sus diversiones y buscar nuevas oportunidades. Ellos ya dieron la cara, ¿cuándo lo harán los directivos?
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