Unos niños, apenas asomándose a la juventud, nos dieron ayer la gran satisfacción de tener nuevamente un campeonato mundial de futbol Sub-17, derrotando 2-0 a una garra uruguaya que nunca se rindió, que luchó y quiso asustar con su fuerza y su entrega, pero fue superada.
Qué gran trabajo de Raúl "Potro" Gutiérrez y su cuerpo técnico, especialmente los encargados de la preparación física, porque ayer, en el Azteca, los pequeños corrían con la misma fuerza todos los 94 casi 95 minutos, extensión de partido que sólo sirvió para confirmar el triunfo.
A los 30 ya Arturo Briseño nos ponía adelante, cuando José Tostado cobró tiro de esquina, lo tocó Carlos Fierro solo para ceder el balón a Arturo que entraba oportuno para anotar, y a los 91 Arturo González abrió por izquierda donde entraba Giovanni Casillas para anotar.
Este nuevo campeonato, ahora jugado y ganado en canchas mexicanas, debe servir para que los directivos de nuestro futbol le dediquen más atención a las fuerzas básicas, que no sea sólo un compromiso o una obligación sino una tarea mejor organizada, planeada y atendida.
Este es el sueño que teníamos muchos de los que amamos el deporte en general viendo lo que luchan muchos niños y jóvenes por tener oportunidades. ¿Cuántos de los actuales campeones no tuvieron rechazos cuando iniciaban su andar en las canchas?
Por estas tierras nos vienen a la mente tanta gente metida en el impulso del futbol lagunero juvenil, como Ricardo Luna, como don Pedro Prieto, como Mauricio Peña Almada recientemente fallecido y quien formó a muchos jóvenes. Felicidades al Potro y a sus potrillos.
Mruelas@elsiglodetorreon.com.mx