Con un futbol ordenado, Venezuela ha sido el rey de las simpatías en esta Copa América que está terminando y que tiene como finalistas a Uruguay y Paraguay, esta última sin los merecimientos de antaño, porque la Vinotinto fue futbolísticamente superior en semifinales.
Mas llegaron los terribles penales y apareció la figura impresionante y atemorizadora de Justo Villar, un arquero con mucha fortuna que sabe parar pero también es acompañado de la suerte, confirmando el famoso dicho de que portero sin ella no es buen arquero.
Excelente trabajo el de César Farías, joven técnico de Venezuela, de 38 años de edad, quien desde su aparición en el banquillo de técnicos ha tenido sorprendentes resultados, que lo confirman cada día en su difícil puesto, tan anhelado por muchos.
El lema de trabajo de Farías va con los nuevos tiempos, menos palabras y mejor acción en la cancha. Así ha podido convertir a un patito feo en una Cenicienta del futbol de un país antes tan despreciado y humillado.
Cuando Oswaldo Vizcarrondo marcó un señor gol de cabeza ante Paraguay, la alegría se apoderó de muchos que veíamos el encuentro, lamentablemente Francisco Chacón, el silbante mexicano que sancionaba el encuentro, lo anuló por fuera de lugar bien marcado.
En lo que restó del encuentro, Venezuela mostró cualidades para llegar por fin a su primera final, pero aparecieron los penales con la gran figura del arquero Villar y los sueños envueltos en vino tinto se esfumaron, y ojalá Venezuela siga trabajando y mejorando.
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