Terminaba el primer tiempo entre Santos y Monarca, a un lado de la cancha Tomás Boy gritaba y mostraba su enojo hacia sus jugadores, la pelota iba y venía por la cancha ya casi frente a Oswaldo Sánchez, cuando de pronto empezaron a oírse disparos de arma de fuego.
Parecían de armas pequeñas, pero inmediatamente se escucharon las de repetición y más potentes, fue el inicio del pánico que hizo que jugadores, cuerpos técnicos y árbitros corrieran inmediatamente a los vestidores, mientras que en la tribuna la gente se tiraba al piso.
Transcurrían los minutos y los balazos, que no se ubicaban en lugar determinado, continuaban, pero mientras algunas personas eran presa de la histeria y del pánico, la gran mayoría supo comportarse con entereza y tratando de proteger a niños y personas de edad que abundaban.
Casi a gatas nos movíamos de un lado para otro y encontramos los baños de hombre y mujeres llenos de personas de ambos sexos, pues se consideraba que eran lugares seguros. En la tribuna por fin encontramos en su lugar personas que nos acompañan siempre.
Después de muchos minutos por fin empezó a entrar la calma, y en la cancha apareció Alejandro Irarragorri, presidente santista, para lamentar los hechos e informar que no había lesionados por la balacera, agradecía el comportamiento de la gente, que no tuvo acciones masivas de pánico, lo que ayudó.
Y por fin se abrieron las puertas para que la gente abandonara el estadio, mientras que muchos prefirieron quedarse, a pesar de que los celulares no funcionaban. El resto del partido se jugará en fecha que próximamente se anunciará. Y luego comentaremos lo que pasó en el partido.
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